ITINERARIO: | Blesa - Muniesa - Oliete - cruce de Alloza, Ermita de San Pedro, Sima de San Pedro - poblado ibérico. |
DIFICULTAD: | Fácil, con pendientes prolongadas. |
DISTANCIA: | 21,5 Km a Oliete. |
MEDIO: | Bicicleta de montaña. |
HORARIO (en bici): | 55 minutos a Oliete. 1 h 30' al poblado ibérico. 3 horas y media en total |
DESNIVEL: | 340 m (entre 820 y 480) |
CARTOGRAFÍA: | Servicio Geográfico del Ejército E: 1:50.000, Hoja de Moyuela 27-18 (466), Hoja de Muniesa 28-18 (467), y en menor medida la hoja de Oliete 28-19 (493) |
n esta ocasión tendremos oportunidad de visitar Oliete, uno de los pueblos más atractivos de los alrededores. Nuestra ruta de hoy se desarrolla en su mayor parte por carretera, por lo que omitiremos muchos detalles del trayecto.
Partiremos de Blesa en dirección a Muniesa, la cual atravesaremos por la calle del Val de Oliete para llegar al cruce con la carretera A222 (Km 8,6).
Seguiremos recto hacia Oliete por la carretera nueva, cuyo trazado acorta en un kilómetro el antiguo "camino asfaltado" de categoría comarcal.
En este viaje dejaremos un poco de lado al pueblo de Alacón, que se merece por sí solo una visita pausada.
En un rápido descenso podremos llegar a Oliete (Km 21) en menos de una hora de bicicleta. Aparte del pintoresco casco urbano enclavado en una colina y sus alrededores, articulados por el ancho cauce del río Martín, tiene diversos atractivos culturales, como el Centro de Interpretación de Cultura Ibérica, un antiguo poblado ibérico y una covacha con pinturas rupestres.
Es también un destino agradable y digno de ver el cercano pantano de Cueva Foradada, a un par de kilómetros del núcleo urbano, río arriba. El pantano data de 1926 y tiene una presa de 65 m de altura y 26,28 Hm3 de capacidad. El tramo del río hasta el pantano consta de pequeñas arboledas con orillas muy accesibles, disfruta de la presencia permanente de agua, y las cercanas montañas, que hacen del paraje un pequeño cañón, no hacen sino sumar encanto a este rincón del río Martín.
No obstante, me permito sugerir el orden en el que vamos a visitar todos los atractivos de este viaje. Comenzaremos por la sima de San Pedro y el Poblado ibérico que hay en sus cercanías, recorreremos Oliete a la vuelta, cuando ya esté abierto el centro de interpretación y sus estrechas calles nos proporcionen cierta sombra, y visitaremos el pantano al terminar la mañana o la tarde.
Desde Oliete parten senderos marcados como PR (pequeños recorridos) con destino a todos los atractivos de las inmediaciones, incluyendo nuestro próximo destino, la sima de San Pedro. No puedo recomendar estos senderos porque al no haberlos recorrido desconozco si son aptos para circular en bicicleta de montaña, que es el vehículo más razonable para acercarnos a nuestros pueblos vecinos.
En dirección hacia Ariño, a unos tres kilómetros y medio (justo antes de llegar al cruce de Ariño y Alloza), encontramos el desvío por una pista de tierra a la izquierda (26,5 Km), bien señalizada por los responsables del Parque Cultural del Río Martín. La pista desciende en pronunciado descenso hacia el río Martín, que vadearemos sin problemas incluso con vehículos, salvo en caso de crecidas. Pasaremos por unas casas y naves donde lo único de interés es un gran peirón en bastante buen estado. Podemos seguir las señales en los dos cruces que nos encontraremos. Si vamos en primer lugar a la sima de San Pedro, tomaremos el primer cruce a la izquierda y luego comenzaremos a ascender hacia las colinas circundantes, donde se abre la boca de la sima (Km 29).
La sima de San Pedro de los Griegos
La enorme boca, de 95 m de diámetro, da paso a una sima de 108 metros de profundidad cuyo fondo de 120 m de diámetro está parcialmente ocupado por un lago de cerca de 4000 m2 de extensión y 20 m de profundidad. En total el volumen aproximado de la sima es de unos 560.000 m3. Esta sima tiene una estructura única en Europa.
Excavada en calizas del jurásico que fueron cubiertas por un estrato superficial de margas arcillosas de escasa potencia, esta cavidad debe su origen a una dolina (cueva subterránea) que sufrió un proceso erosivo ascendente, por lo que su techo se derrumbó.
La sima constituye un refugio para muchas aves de nueve especies diferentes, y murciélagos de siete u ocho especies. En las paredes de la sima anidan palomas zuritas y vencejos reales, colonias que debieron ser numerosas en otros tiempos, como indica la existencia de restos de un torno utilizado para extraer abono orgánico de su fondo hasta los años 50. En la laguna viven ranas, sapos parteros y otras especies. La biodiversidad es equivalente a la que encontramos en algunas simas tropicales de México, Brasil y Papúa.
Un detalle curioso es que los animales de las diferentes especies guardan un riguroso turno para entrar o para salir de sus anidamientos en la sima. Hasta que todos los individuos de una especie no se han aposentado en sus huecos las otras esperan. Cuando al atardecer hayan entrado todas las aves, comienzan a salir ordenadamente las diversas especies de murciélagos. Este ceremonial se repite en orden inverso al despuntar el día.
En esta sima se vienen celebrando los campeonatos nacionales e internacionales de espeleología deportiva desde 1988.
Nos podemos considerar afortunados por residir tan próximos
a una joya natural y geológica de tal singularidad e interés.
Para visitar los restos del poblado o fuerte ibérico descenderemos hacia la ermita o venta de San Pedro y tomaremos el camino que nos indican los carteles. Este comienza en una pequeña cuesta abajo con una curva muy cerrada que pronto se transforma en una pendiente moderada. El camino asciende un monte pero da un gran rodeo para salvar los barrancos que rodean el poblado por la vertiente que da al río. Esperé en vano una indicación que me dirigiera al poblado en algún cruce, al final tomé el camino de un campo (hacia la derecha) que parecía dirigirse al poblado (Km 31,4), como así fue.
El poblado tiene el aspecto que puede verse en la fotografía, aunque no se aprecia el profundo foso de 7 m de anchura, ni algunos detalles de las murallas. El torreón de la derecha sirvió en esta ocasión de oteadero para un buitre, dadas las magníficas vistas que domina.
La fortaleza ibérica de San Pedro
El foso no será un impedimento para acercarnos a la muralla de este recinto, edificado hace más de 2000 años (alrededor del siglo III a.C.) y destruido durante las guerras sertorianas al principio del siglo I a.C. Durante estas guerras civiles romanas, que incumbían poco a los indígenas, fueron destruidos casi todos los poblados ibéricos.
Se cree que este fuerte tuvo un papel fundamentalmente militar y disuasivo. Cuenta con dos líneas de fortificaciones. La primera de 12,9 m, con un espesor de 4 m y dos torres, una cuadrangular de 15,5 m de altura y una circular de 10,6 m. Ambas están macizadas para evitar ser minadas y conferirles mayor resistencia, lo que va en detrimento de la capacidad interior, por lo que se cree que su función principal fue la vigilancia y ataque.
El regreso a Blesa se nos antoja largo debido a la pendiente que
habrá que salvar, aunque sin duda esta visita cultural nos dejará
un buen sabor de boca.
Agosto de 1999
- La sima de San Pedro, en Oliete, por Rafael Larma. "Viajar por Aragón". Heraldo de Aragón, 1994.
- Folletos de la Asociación del Parque Cultural del Río Martín.