Cuando era pequeño (en la década del 1970) mi vecina Irene Serrano (nacida en 1926 en Blesa -Teruel-) me contaba algún cuento, adivinanzas y problemas, junto con su padre Ángel. Y uno de los cuentos, que ya le contaba a ella su padre y venía de sus abuelos, lo recuerda Irene y me lo transmite como si fuese un hecho sucedido que les ocurrió a una pareja de mozalbetes. Aún recuerdo que daba un poco de miedo a un niño, donde la entonación y lo que se decía se magnificaba, por la novedad en su imaginación. Decía así:
o o o
Su abuelo Faustino (padre de su madre), cuando tenía unos 12 "añicos", salió de Blesa con un "amiguico" camino de otro pueblo; como antes eran muy "pobrecicos", a ver si encontraban trabajo, sin decirle nada a sus padres.
Pero antes de llegar a otro pueblo encontraron una masía, y llamaron a la puerta para ver si les daban de comer y de beber algo y a ver si encontraban trabajo.
- ¿Quién sois? - dijo una voz de chico desde el interior.
- Dos chicos que nos hemos ido de casa y buscamos algo que comer y trabajo.
- Yo estoy aquí, que me han dejado mis padres para que no abra a nadie la puerta.
- ¿Y tu madre dónde está "pues"?
- Mi madre..., se ha ido a amasar los panes de la semana pasada.
- ¿Y tu padre?
- Mi padre..., está enterrando vivos y desenterrando muertos.
Y los chicos se quedaban asustados de esas palabras que les decían.
- Y a mi me han dejado cuidando la casa, y tengo un caldero de agua hirviendo, y el que sube ya no baja.
Después de oír eso se marcharon "escapaos" de allí, ya "cagadigos" de miedo hacia el pueblo. Por el camino, ya se hacía algo de noche, se encontraron a una mujer.
- Chavales ¿y "ande" vais por aquí vosotros?
- Que nos hemos ido de casa, y nos hemos acercado a una masía a pedir pan y comida y nos han dicho "que su madre estaba amasando los panes de la semana pasada".
La mujer escuchó lo que los chicos contaban, y les dijo:
- Sí es cierto, estaba amasando para pagar los panes que nos comimos la semana pasada.
- Y nos han dicho "que su padre estaba desenterrando muertos y enterrando vivos".
- Sí cierto es, su padre está en la viña, arrancando las cepas muertas, y donde quita una, planta un sarmiento vivo. Andad, andad a casa que ya estarán vuestros padres llorando porque no habéis ido.
- Y también nos dijo que él "estaba en casa con un caldero de agua hirviendo, y que el que sube ya no baja".
Y la señora, que resultó que era la masera, exclamó dando un respingo y dirigiéndose hacia la casa con prisa:
- ¡Rediós! Ese pícaro se nos está comiendo los garbanzos.
Y así se aclaró la razón de cada frase misteriosa.
Blesa (Teruel). Abril 2011
En la actualidad(1)
ya no podremos recopilar de los abuelos datos más
concretos de aquella aventura, como en qué masía o lugar les
ocurrió aquel suceso, y si realmente les ocurrió tal y como
hoy se recuerda. Pero aunque así hubiera sido, la pareja de mozalbetes
fue víctima de un muchacho que ya sabía un cuento, del cual
desconocemos la antigüedad, pero que está difundido
por otros lugares.
Independientemente de que Irene Serrano nos lo transmitiese como algo que había sucedido, cuando buscamos sobre las raíces de las narraciones orales, pronto hallamos similares "ingenios" en otros cuentos(2) prueba de que pertenecen al acervo común. De un artículo de José Luis Agundez que estudió "Cuentos populares andaluces" vemos que la base de este cuento es la reunión de tres frases ingeniosas que los especialistas conocen ("son legión" indican) y agrupan por tipos, como son las relacionadas con "¿Qué hace tú padre?", que aun con respuestas distintas a la recopilada en Blesa son del mismo tenor. Aún algunas comienzan de forma igualmente desconcertante "Enterrando vivos y desenterrando muertos", si bien son árboles en lugar de cepas. Citando a Thomson nos informan de que "muchas de las chanzas fueron más frecuentes en los narradores orales cuando formaron parte de una serie o cuento más complejo", como es el caso que nos ocupa. Citando a Espinosa (CPE, en el estudio de su cuento nº 15, El Obispo y el tonto, II, pp. 143-143) nos cuentan que “Hay tres respuestas fundamentales para esta pregunta: Recogiendo copos de lana en el campo, Haciendo un agujero para tapar otro. Tapando un portillo para tapar otro, o Apreciando un daño que se han comido las cabras (pagando deudas pasadas), cinco versiones; Enterrando vivos y desenterrando muertos o Sacando gente de su casa (sacando de un huerto los árboles frutales secos y plantando nuevos), cuatro versiones” (p. 147)".
La forma de transmisión pudo ser ya por lecturas, ya por transmisión oral, pues existen recuerdos del paso de romanceros por Huesa del Común (Teruel), personas que solas o por parejas recorrían los pueblos, sin hacer apenas noche, contando o cantando las coplas o historietas ingeniosas que atrajesen a su auditorio ganando algo de dinero. Felisa Herrero (nacida en Huesa en 1931) nos contaba que incluso pasaron por Huesa algunos después de la guerra civil de 1936, lo que da idea de la perduración de este medio difusión, ya aparentemente desaparecido, en el ámbito rural.
En cuanto a la difusión del cuento concreto que nos ocupa en Blesa y Huesa del Común, localidades vecinas que comparten parte de su acervo cultural, he podido preguntar a numerosas mujeres de entre sesenta y ochenta años que ocasionalmente recuerdan cuentos y canciones y a ninguna otra, aparte de nuestra informante, le sonaba ni haberlo oído.
El caso es que este cuento también está recopilado en pueblos de la sierra de Francia (Salamanca) y está catalogado por especialistas como un cuento "tipo". Reproducimos uno como ejemplo.
En el volumen cuarto del "Catálogo tipológico del cuento folklórico español"(3) figura como cuento tipo 921 que denominan "Las respuestas desconcertantes del muchacho" del que ponen como ejemplo "El Pañero". Este cuento coincide en parte con el recopilado en Blesa (Teruel), pero cambian en parte los personajes y las respuestas.
"El pañero"
Dice que era un matrimonio que tenía dos hijos: una hija y un hijo.
Y entonces eran muy pobres, muy pobres y no tenían para comer. Y
habían comprado una poca de pana al pañero. Iba tantas veces,
que siempre iba y le decían que no se la podían pagar entonces
y que fuera otro día.
Volvió otra día. Ahora un día lo sintieron por la calle y dice que diciendo:
- ¡El pañero!
Y entonces le dijo el niño a su padre:
- Se vaya de casa, que yo me arreglo con él.
- ¿Y cómo te vas a arreglar?
- Pues bien.
Y se fue. Y el pañero que llamó a la puerta. Entonces le dijo:
- Suba usted.
Subió y dice que le dijo:
- Hombre, ¿y tus padres?
- Mi padre está a las alambres.
- ¿Y tu madre?
- Mi madre está amasando el pan que comimos la semana pasada.
- ¿Y tu hermana?
- Mi hermana está pagando las risas de antaño.
- Y tú ¿que haces ahí?
- Pues yo, mire, yo estoy aquí que el sube ya no baja.
- Hombre, pues ¿y cómo es eso?
Entonces miró el señor para atrás, no le fueran a hacer algo. Y entonces le dijo:
- Si me dices que lo que significa todo eso, os perdono la paga.
- Ah, pues sí señor, no me importa.
Entonces fue y le dijo:
- Mi padre está a las alambres. Toda las borregas merinas que pasan por allí y dejan la lana allí enredada: pues va y la coge y la vendemos para pagarle a usted el paño.
- ¿Y tu madre?
- Mi madre está masando el pan que comimos la semana pasada. Que como toda la semana estuvimos yendo a buscar prestado, pues ahora lo tenemos que pagar y está amasando.
- ¿Y tu hermana?
- Mi hermana está pagando las risas de antaño. Pariendo.
- Y tú, ¿qué haces ahí?
- Pues yo estoy aquí con esta cuchara; como tenemos ahí puesto el puchero con los garbanzos, cuando van los gorgollones(4) para arriba pues sube el garbanzo, lo cojo con la cuchara, lo como y no vuelve a bajar para abajo; así que el que sube no baja.
- Bueno, bueno, pues ya os perdoné la pana.
- No me la vuelva a pedir.
- No, ya verás como no os la vuelvo a pedir, aunque vuelva al pueblo.
Entonces, cuando fue su padre y su madre, le dijo que ya no debían más, que ya se la había pagado él.
- ¿Y cómo ha sido eso?
Se lo contó a su padres. Y con sal y pimiento se acabó el cuento.
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Nota del editor:
¿Has oído este cuento en Blesa a otras personas? Tanto si es así como si no, se agradecerá nos lo comuniques. ¿Este no, pero otros cuentos sí? Recopilarlos a tiempo es necesario. Gracias por cualquier información al respecto.