Ismael Allueva Iranzo
desde niño con la jota

Si la vida es una senda en la que te vas impregnando de aromas, colores, ritmos y sensaciones diversas, Ismael Allueva, sin duda, absorbió en su plenitud los sones de la jota, que rezuman por todos su poros. En efecto, este zaragozano de 37 años, oriundo de Blesa, de donde son sus padres (Ismael, conocido pelotari en la zona y Maricruz, persona activa en la Asociación El Hocino), entró en contacto con la jota de niño, encontró su amor, Mónica, en ese ambiente, se casaron vestidos con trajes tradicionales aragoneses y tienen una hija, Paula, que a sus 7 años ya canta y baila en los escenarios.

Foto 1: Ismael, Paula y Mónica después del Rosario de Cristal del último año. (Foto de Mª Luisa Laviña).

Ismael inició con 7 años su andadura de bailador como única pareja de niños al principio y pronto formando sección infantil en el Grupo Aragonés La Fiera, en el que continuó como juvenil, teniendo ya como compañera de baile a Mónica Laínez. Al llegar a la categoría de adultos, se cambiaron los dos a Estampa Baturra y en 1997 fundaron el Grupo El Pilar, contando con el apoyo y colaboración de amigos y compañeros, que se integraron con ellos. “Éramos todos muy jóvenes, pero hechos y maduros, con rodaje de años y con trayectoria profesional y premios conseguidos. Teníamos un nivel alto, adecuado para competir con cualquiera, pero fueron comienzos duros”, recuerda Ismael, consciente de que tuvieron que superar adversidades para acceder a las actuaciones importantes. Su primera participación en acontecimientos estelares fue en el VII Encuentro Internacional de Folklore Ciudad de Zaragoza, desgranando después sus apariciones en todas las fiestas de octubre en la Plaza del Pilar, en numerosos festivales nacionales e internacionales, amén de recorrer toda la geografía aragonesa, en la que cuentan varios pueblos de nuestra comarca, como Montalbán, Muniesa, Blesa, Alcaine, Obón, Huesa del Común, Maicas, etc.

Ismael y Mónica han cosechado innumerables premios, entre ellos, el Certamen Oficial Ordinario de Jota del Pilar (1996) y el Extraordinario (1998). Una vez logrados éstos, se han dedicado más a la tarea de dirección del grupo y de la escuela de jota. “Aunque, en realidad, yo no he dejado de bailar nunca ni sé si algún día dejaré de hacerlo, veo que mi papel es más necesario fuera del escenario. Ya he bailado lo suficiente, mi mujer siente más necesidad. Prefiero dirigir, controlar y enseñar”, afirma el jotero.

Foto 2: Mónica, Paula e Ismael en las pasadas fiestas del Pilar de Zaragoza. (Foto de Mª Luisa Laviña).

El Grupo El Pilar está considerado en la actualidad como uno de los mejores de Aragón junto a Nobleza Baturra, Baluarte Aragonés y Raíces de Aragón, entre otros, tanto por su calidad de canto, baile y rondalla como por el rigor y elegancia de su indumentaria, de la que se ocupa e investiga Mónica e incluso el cuidado de sus presentaciones con textos de Pilar Laínez. Sus componentes, más de 50, adquieren premios en casi todas las ediciones de certámenes. Este elevado número y la ampliación de la escuela les permite autonomía para las actuaciones. “Tenemos la suficiente cantidad de personas para autoabastecernos. Nos basamos mucho en la cantera. Ahora hay 10 parejas infantiles de baile, además de canto y tañedores”.

Cada aparición en público es el fruto de muchas horas de trabajo, de clases, ensayos, preparación de montajes y coreografías, planteamientos innovadores, evolución, etc. Ismael vive como director con gran intensidad las actuaciones y los triunfos compartidos. “Al ver actuar al grupo, siento más satisfacción que cuando actúo como solista. Después de un buen festival en la Plaza del Pilar, me siento más orgulloso que con los premios que he ganado. El oír el aplauso del público y ver la cara de satisfacción de los componentes del grupo es la mejor recompensa a todo el esfuerzo previo”.

Mónica, Paula e Ismael en las fiestas de Sta Ana de Blesa del último año. Foto: M.V.L.

La página web del grupo folclórico El Pilar. https://grupofolkelpilar.es/

Se las debemos a Manuel Val Lerín, autor del artículo por autorizarnos a su publicación.