Coletazos de violencia entre las guerras carlistas y "la Gloriosa" (1869)

Ayer se amotinaron en Blesa (Teruel) algunos hombres que, al grito de viva Carlos VII, intentaron robar los fondos de la administración de rentas; pero el secretario del ayuntamiento, apoyado por varios vecinos, hicieron fuego, matando en el acto al cabecilla y restableciendo seguidamente el orden.

En el resto de la Península no ocurre novedad.

Dice "El Puente de Alcolea":
En Blesa, pueblo de la provincia de Teruel, un grupo, capitaneado por un tal Curro, procesado y fugado de la cárcel, alteró ayer el orden, atropellando al Ayuntamiento popular. Los vecinos hicieron fuego, y el gefe murió en el acto, restableciéndose enseguida la tranquilidad.

Una carta de Blesa, provincia de Málaga [sic, PERO CUAL DE LAS DOS ES ERRÓNEA] refiere que «el día 4 se presentó en aquel pueblo Francisco Nuez Paracuellos (a) el Curro, acompañado de cinco individuos, diciendo que iban a pronunciar al pueblo en sentido carlista, y que detrás de ellos venía mucha fuerza.
Curro mandó entregar las armas que hubiera en el pueblo bajo pena de la vida, y dio un plazo de dos horas; pidió también los fondos del municipio y tomó otras determinaciones; pero penetrados los vecinos y el ayuntamiento de los planes de aquellos, se armaron unos y otros, y después de alguna lucha lograron matar a Francisco, que era mozo de cuenta. Estando sentenciado a cadena perpetua, se fugó de la cárcel de este pueblo, y gracias a la protección que le dispensaba cierto cacique; el criminal hacía dos años que tenía atemorizados a varios vecinos. De los seis individuos que se presentaron uno ha muerto, cuatro están arrestados y otro se fugó.»

En la provincia de Teruel y en el pueblo de Blesa, se levantó ha dos días una partida carlista al mando de cierto cabecilla conocido con el sobrenombre de Curro.

Su primer objeto, fue apoderarse de los fondos existentes en la Administración de sales; y hubiera muerto el administrador a manos de tales bárbaros, si milagrosamente no escapara por entre aquella turba que le disparó, y sin embargo, ni siquiera le hirió. Además, habiendo huido, consiguió dar aviso a la autoridad, que, afrontando valientemente el peligro, y presentándose armada en el sitio donde sucedían los hechos, consiguió la muerte del citado cabecilla, que tuvo lugar, según nuestras particulares noticias, a manos del secretario del Ayuntamiento.

Como se ve, pues, los carlistas pagaron bien caro su vandálico atrevimiento, y las autoridades liberales demostraron una vez más su valor nunca desmentido.

Inmediatamente fue publicada la ley de abril. Se presentaron algunos facciosos.

Los reaccionarios han aparecido en nuestro país y como nos prometíamos del patriotismo nunca desmentido de nuestros paisanos, han muerto al nacer.

En la mañana del día 4 se alzó en el pueblo de Blesa una partida carlista, compuesta de veinticinco a treinta hombres capitaneada por Francisco Gómez [sic, era Nuez] Paracuellos (a) el Curro, hijo de aquel, aunque hace más de un año faltaba de él, vagando oculto por hallarse encausado por un crimen cometido el mismo Blesa, si no estamos mal informados.

Los latro-facciosos se dirigieron a casa del administrador de rentas de aquel pueblo, don Francisco Ferrando, con ánimo de apoderarse de él y su hijo y de los intereses que obraban en su poder. El hijo de dicho señor Ferrando pudo escapar, por una puerta falsa, derribando un centinela que aquellos habían colocado en ella, y dar la voz de alarma; el secretario del ayuntamiento, con gran serenidad y arrojo se dirigió contra el cabecilla y disparándole un pistoletazo, le dejó cadáver; al ver los insurrectos caer a su jefe se desbandaron en la mayor confusión ocultándose precipitadamente en diferentes casas de la población.

Los liberales de dicho pueblo, al tener noticia de todo, se armaron y prepararon a dar caza a los valientes satélites del Terso. La autoridad local, mandó publicar un bando dando a aquellos ilusos un corto término para presentarse, lo que efectuaron en su mayor parte entregando las armas.

Estas son las noticias que hemos recibido por buen conducto, por lo que las creemos fidedignas; si a última hora nos hacemos con nuevos detalles los daremos a nuestros lectores.

No podemos menos de congratularnos por el fracaso de estos nuevos Quijotes y damos nuestro sincero parabién a los liberales de Blesa, a los señores Ferrando padre e hijo y al valiente secretario de aquel pueblo, que debe recibir del Gobierno premio de su valentía y patriotismo.

En el Boletín oficial de la provincia de Teruel, leemos los siguientes detalles, acerca de los sucesos de Blesa:
«Recibidos en este gobierno, por el alcalde de Blesa, los detalles de las ocurrencias que tuvieron lugar en aquella localidad la madrugada del 4, aparece, como ya dijo en el Boletín del sábado 7 del actual, la presentación de Francisco Nuez Paracuellos (a) el Curro, a quien acompañaba Francisco Navarro, habiéndoseles reunido otros cuatro que estaban en el pueblo; que el Curro se decía delegado de Carlos VII, a quien proclamó como rey, que mandó publicar un bando, imponiendo pena de la vida al que no le presentase las armas de fuego o blancas en el término de dos horas; y para imponer a la población (lo cual no era posible con tan escasos parciales) dijo al Ayuntamiento que detrás de él venían numerosas fuerzas carlistas; hizo por último, que la corporación municipal le acompañase a la administración subalterna para apoderarse de los caudales del Estado, exigiendo también los que el Ayuntamiento tuviese.
Pero como habían transcurrido horas suficientes para la anunciada presentación de las fuerzas carlistas, y éstas no llegaron porque nadie tenia noticia de que existiera partida alguna, el Ayuntamiento y vecinos honrados dispusieron deshacerse de Francisco Nuez, y con efecto, entre el secretario del Municipio y otro vecino mataron al que por sus crímenes lo tiene hace muchos años merecido; el Navarro se escapó, y los otros cuatro se acogieron al bando que publiqué en primero, del actual.
El señor juez del partido, con un celo que le honra, se presentó inmediatamente a formar las diligencias correspondientes, y los puestos de la Guardia civil de Manresa ([Sic] ¿Muniesa?), Monforte, Montalbán e Híjar, llegaron sucesivamente en cumplimiento de las órdenes que al efecto les di.

«Nuestro querido amigo D. Mamés Benedicto, gobernador que fué de esta provincia, estuvo á pique de ser asesinado villanamente ayer á las diez de la noche.
El asesino no es de Teruel, porque en Teruel no hay asesinos.
El bandido que atentó a la vida de nuestro amigo, se llama Dionisio Ferrando, y es de Blesa.
Preso ya este miserable y sujeto a los tribunales de justicia, no puedo decir nada mas respecto a tan desagradable suceso.
Mamés Benedicto no fué asesinado, gracias a su valor serenidad, porque sujetó el brazo del asesino con la mano izquierda y con la derecha le derribó en tierra.
La noticia de este hecho ha causado la mas profunda indignación en toda la ciudad.»