Introducción
ace varios inviernos (en 2000), durante la Primera Fiesta del Árbol organizada en Blesa por la peña el Katre (y "trasplantada" con éxito a la entonces recién nacida Asociación Cultural el Hocino), el ya anciano vecino de Blesa, Ricardo Salas, nos contó a algunos de los que allí estábamos, que en un corro próximo a la plantación que hicimos entonces (junto al barranco de los Buitres), hubo una nevera. ¡Qué sorpresa! Mientras en muchos pueblos aragoneses la nevera se había conservado hasta el día de hoy en mejor o peor estado, en Blesa no quedan prácticamente ni memoria ni restos, ya que el solar que nos indicó Ricardo sólo guarda de aquel edificio un solar cuadrangular con una hondonada central.
Para quien no esté familiarizado con la utilidad y uso de estos edificios, daremos unas breves indicaciones de esta labor de antaño, antes de introducir algún detalle histórico y documental de la nuestra.
Las neveras y el hielo en el pasado
Nevera de Huesa del Común (Teruel), recientemente restaurada.
Hasta que el hielo pudo fabricarse industrialmente, en muchos pueblos de Aragón existían edificios llamados neveras, donde sus habitantes almacenaban la nieve invernal y "fabricaban" hielo. Aunque las neveras tienen un origen antiguo, su difusión tuvo lugar sobre todo a partir del último tercio del XVI y durante todo el XVII(1) hasta el XIX. Aunque nevera es su denominación más común, también se habla de pozo de hielo, pozo de nieve y similar, además de las variantes impropias como "nevero" o "nevería".
Conservando la nieve
El proceso para fabricar y almacenar la nieve y el hielo consistía en formar grandes capas de nieve en el interior del edificio subterráneo, separadas unas de otras por capas de paja que servían de aislante. La superposición de capas hacía que se transformasen en hielo por el propio peso, además de lo cual, solían apelmazarla con pisones a medida que la llenaban. La nevera en su conjunto estaba muy protegida del tiempo exterior y conservaba el hielo durante meses. Incluso las puertas se orientaban de forma que no encarasen habitualmente a los vientos cálidos. Tal como puede verse en los valiosos documentales rodados por Eugenio Monesma sobre "Labores tradicionales", también se aislaban las paredes por el interior mediante ramas y cañas, y el suelo de la nevera se cubría de un entarimado para que la cámara de aire sirviese de aislante y de desagüe para prever una paulatina licuación de la nieve, si bien en algunos pozos consistía en un simple suelo irregular de ladrillos que permitían la evacuación del agua. El hielo se extraía por bloques a lo largo del resto del año (en la documentación de Blesa se conserva el pago al cortante de la nieve).
Fisonomía de las neveras
Casi todas las neveras (o "nevería" como dicen en Moyuela, y a un barrio de Lécera) que se han conservado actualmente en las cercanías (Huesa del Común, Santa Cruz de Nogueras, Fuendetodos, Moyuela, Used, Rudilla) tienen planta circular, están realizadas en piedra, en mampostería y cerradas con una falsa cúpula que se realiza aproximando las hiladas de piedra hasta cerrarla. Vistos desde el exterior, estos edificios sobresalen pocos metros de altura, pero los pozos pueden sobrepasar tranquilamente los siete de profundidad y tener un radio similar a su altura. La entrada a las neveras consistía en pequeñas puertas dispuestas a ras del suelo, y como ejemplo, en la conservada en Moyuela hay cuatro, opuestas dos a dos (actualmente tapiadas). En diversas localidades alavesas, navarras y riojanas pueden encontrarse neveras con pasillos subterráneos con escaleras que llevan a una puerta al nivel del fondo del pozo(2). En el fondo de la nevera, esta debía tener un desagüe (razón para hacerlas en taludes de los montes como vemos en algunos casos) o bien tener un suelo filtrante. Pero en la nevera se perdía poca agua, sobre todo si se compara con la que se perdería durante el transporte a otros centros de consumo, aunque lo hiciesen preferentemente de noche, a lomos de mulas o carros, metido el hielo en cajas y cubiertos con ramas o telas.
Preciosa cúpula de la Nevera de Fuendetodos (Zaragoza), visitable el interior y didáctica.
El uso de la nieve
El uso que se hacía en los pueblos de este hielo era más terapéutico o comercial que para la conservación de alimentos, pues los blesinos (y los habitantes de cualquier pueblo en general) producían pocos que necesitasen conservarse en frío; la carne, como el pescado, eran escasos en la dieta y se consumían o curaban tras matar al animal (en tanto la conservaban en "carnegueras", a temperatura ambiente). Se utilizó principalmente para enfriar líquidos. Los fines médicos tradicionales lo utilizaban para bajar fiebres y cortar hemorragias. El hielo se vendía principalmente en las ciudades y a quienes transportaban alimentos. Zaragoza se nutrió durante décadas de la selecta nieve del Moncayo, pero posteriormente la tomó de lugares más próximos, y como excepción llegó a llevarla desde pueblos próximos al nuestro como Herrera y Villar de los Navarros(3).
Antes del siglo XVII la nieve tuvo más usos y prestigio que el hielo, pero finalmente se hizo más popular el uso de este, ya que tenía un coste menor. Fue en 1607 cuando un comerciante obtuvo licencia de Felipe III para vender hielo en sustitución de la nieve. La mayoría de los pozos urbanos de ciudades villas y lugares fueron pozos mixtos en los que se guardaba hielo o nieve según se podía(4), o al menos eso era lo más habitual en el valle del Ebro.
Gestión de los pozos
La forma de explotación más común por parte de los propietarios (habitualmente los concejos de las ciudades y pueblos) era el arrendamiento, librándose los concejos de su mantenimiento y cubriendo sus espaldas ante el posible clima adverso que produjese desabastecimiento.
Durante el invierno debía limpiarse el pozo y volver a llenarlo con nieve limpia. Esta labor podía requerir el concurso de una veintena de peones. Pero aunque en la documentación de la nevera de Blesa se mencionan peones en algún momento dado, en nuestro caso parece más probable que se realizara a concejada, como era común en muchos lugares pequeños(5).
Aportes documentales sobre la historia de la nevera de Blesa
Nevera conservada en Moyuela (Zaragoza)
Esquema de una nevera.
Ante todo debemos agradecer al investigador José María Carreras(6) el ser el primero que nos dio noticias sobre la información que tenemos en Blesa respecto a muchos temas, como los documentos que nos hablan de nuestra nevera, y que nos comunicó mientras recopilaba datos para sus investigaciones.
En la memoria popular de los blesinos ya no queda recuerdo de haber visto la nevera, y tampoco han oído hablar de su utilización. Debemos suponer que el edificio estaba destruido hace más de un siglo, y que la nevera, por su tamaño o estructura, no fue reutilizada por ningún vecino con otros fines; lo que, tal como ha ocurrido en pueblos próximos, habría hecho posible su conservación.
El solar de la nevera que nos indicó el blesino Ricardo Salas mide apenas cinco metros de diámetro, en su centro hay una leve hondonada que bien pudiera indicar un antiguo recinto enronado por los restos de la obra y posteriores nivelaciones de eras y accesos. En cualquier caso, no hay a la vista restos tal obra en el suelo y sería necesario realizar una cata para confirmar esta localización. Además, otros blesinos recuerdan rincones, en las inmediaciones de este lugar, utilizados para guardar nieve, al ser un ventisquero natural, los cuales cubrían de paja para guardarla más tiempo. Está situado en la cara umbría del cerro donde se levanta Blesa, frente al monte de la Solana, y, como sugiere el nombre del monte, debía ser idóneo para conservar la nieve hasta entrado el verano de forma natural, y más si se hacía en una nevera especialmente pensada para ello. Por lo que parece, aunque Blesa no es un pueblo completamente serrano, nevaba suficiente, pues en la documentación no consta en esos años ningún cargo contable para traer nieve, y además, tampoco están muy lejanas las décadas en que la gente nos recuerda tremendas nevadas. El auge de esta industria coincidió al parecer con una etapa más fría de ámbito planetario.
La documentación sobre la nevera de Blesa nos ha llegado de forma indirecta. Entre las pocas muestras de documentación de la Edad Moderna que conservamos en el Archivo Municipal de Blesa hay tres libros de cuentas y cofrades de tres cofradías diferentes.
El libro de la Cofradía de la Sangre de Cristo(7) plasma los ingresos y gastos de esta cofradía blesina entre los años 1575 y 1734. En el primer año registrado en el libro, esta cofradía la formaban 271 cofrades, incluidos diez ya fallecidos, ya que no dejaban de pertenecer a ella por esa circunstancia(8). Su principal actividad, a la vista de lo que dejó huellas en sus cuentas, fue la celebración de misas, fiestas y procesiones, y su principal gasto fue siempre la adquisición de cera.
Lo que sabemos de la nevera, gracias a sus cuentas, comienza y termina en la segunda década del siglo XVII. Sus ingresos y gastos eran modestos y ajustados, hasta que en el año 1614 comienzan a aparecer los conceptos siguientes entre los ingresos (receta)(9):
"De cinco carretadas de nieve: cien sueldos(10)"
"de lo que se ha vendido en el lugar por menudo, por cargas: 462 sueldos"
"de las quatro ¿casas? se les dio de franco: 80 sueldos de nieve"
El resto de sus ingresos fueron 69 sueldos, más los 7 sueldos que pagaron los siete cofrades entrantes dicho año.
En las partidas de gastos (dispensa) relacionados con la nevera figuran:
"De una escalera: 10 sueldos"
"De ginestas y piedra: doce sueldos"
"del cortador de la nieve: 9 sueldos"
"de la paja que se echo para cubrir la nieve que fue tres carretadas y siete sacos: 30 sueldos".
"de cuando fue Miguel a la ribera(11) a concertar la nieve: 16 sueldos"
"De 3 aniversarios de los dueños de la nevera: 15 sueldos"
"Se le adjudicaron por los infraescritos a dicho Miguel Mercadal por los trabajos de la administración de la nieve de venderla y traerla 50 ¿reales?: 100 sueldos"
Como no encontramos menciones a la nevera en los años precedentes, podemos pensar que su repentina administración partiese de una donación, y no de que la cofradía, siempre escasa de rentas, la levantase de nueva planta. La mención a los tres aniversarios a los dueños de la nevera hace pensar en una cesión tras la muerte de ambos.
Los dos primeros apuntes mencionados no podemos asegurar que se correspondan a gastos para la nevera, pero creo que así lo serían, pues son conceptos que no aparecieron nunca en las contabilidades anteriores o en las posteriores.
En cualquier caso, la nevera proveyó de unos ingresos saneados que la cofradía gastó principalmente en misas y materiales, de los que la cera era casi todos los años la partida principal. Ese año adquirieron 44 libras y dos onzas de cera (quince quilos y medio aproximadamente) por 265 sueldos, a razón de seis sueldos por libra.
El año 1615 abre sus cuentas también con la lista de ingresos, en la que se menciona el arrendamiento de la nevera, una fórmula que permitiría favorecerse de la explotación de la misma sin tener que ocuparse directamente de la venta del hielo:
"Año 1615.
Memoria y cuenta de la cofradía de la Sangre de Cristo del año 1615, diola Jusepe Plou procurador y el dotor Calbo prior de dicha cofradía.
Recibo
Primo, de la arendación de la nevera se halló en poder de dicho Jusepe Plou Procurador la suma y cantidad de cuatrocientos y sesenta sueldos que se saco de la arendación de la nieve.
Digo 460 s."
En los gastos de ese año el procurador de la cofradía seguía haciendo apuntes referentes a la nevera (entre otros muchos conceptos):
"mas, de pan para el día de la nieve: 38 sueldos"
"mas, de tres garbas(12) de paja: 1 sueldo"
"mas, de ¿vichuela? para la nevera: 16 sueldos"
En las cuentas que por el orden deberían ser del año 1616, algún mayordomo o censor de la época hizo un tachón y figuran como de 1615 (tanto ingresos como gastos). En cualquier caso la cofradía siguió recibiendo ingresos por la nieve o la nevera:
"item mas, vendige la nieve de la nevera que a vendí en trescientos sesenta sueldos: 360 sueldos"
Tras este apunte hay una anotación clave, pero que no puedo interpretar con seguridad, que dice:
"Item mas, se ¿arendo? la dicha nevera, que había de dar la obra qe la nevera hecha con sus arcos y su bóveda, conforme una capitulación que se hizo, que está en los libros de Concejo - y la hizo conforme esta capitulado".
Por los gastos que requirió la nevera, ese año constan:
"Item mas, se gastó quando se limpió la nevera, de pan tres quartales y lo dio y vistrayó(13) el pueblo, que vale diez sueldos: 20 sueldos"
"Item mas, para henchir la nevera se masso medio cahiz de ¿trigo? y lo vistrayó el pueblo, que vale: 40 sueldos".
"Item mas se gasto para lo mesmo, veynte cántaros de vino a tres sueldos por cántaro que ... sesenta sueldos y un sueldo de vino que se bebieron una tarde unos peones que todo junto suma: 62 sueldos (que este vino lo ves... Domingo de Galve ... y se le debe) [pagose]"
Por la mención al día de la nieve y los gastos en comida durante su limpieza, parece que se estaba pagando la dieta a una cuadrilla de peones, o incluso que se hacía a concejada, puesto que el pueblo adelantó pan y trigo, y la cuenta del vino asciende a 20 cántaros (200 litros en Aragón) para la limpieza, mientras que para los peones sólo se consigna un par de sueldos en vino.
En 1617 no hay conceptos relativos a la nevera. El último año en que aparecen partidas relativas a ella fue 1618. Los ingresos por la nieve ascendieron a 640 sueldos (el año más provechoso) de un total de 653. Unido a lo ya visto anteriormente, nos da una idea de la riqueza que suponía la posesión de este patrimonio o industria.
Una hoja entera está relacionada con los gastos de su administración en 1618, que fueron:
"Expensa hecha por Domingo de Estella y sus compañeros del año de 1618.
Primero compre medio cafiz de trigo para quando se hecho nieve en la nevera, vale 30 sueldos.
Item mas, compre vino para lo mesmo 14 cántaros de diferentes precios que vale 92 sueldos y 8 dineros.
Item mas, pague a los carros que fueron a llevar nieve para la nevera a 3 carros 3 R que es una loba a cada carro a razón de 32 sueldos el cafiz vale: 24 sueldos.
Item mas, pague de una docena de cabrios(14) para tapar las puertas de la nevera: 3 sueldos
Item mas, pague de la puerta para ponerla en la nevera nueva 16 sueldos y de clavos y tornillos 4 y de la cerraja 6 s que todo junto suma: 26 sueldos.
Item mas compre un par de portaderas de pº garces para echar nieve en: 12 sueldos"
Todo ello sumó 187 sueldos y 8 dineros.
Hasta aquí llegan las pistas que nos pueden dar las cuentas de la Cofradía de la Sangre de Cristo. Nunca escribieron en sus libros de cuentas cuántos años hacía que estaba construida la nevera, o de si hubo alguna más que la que gestionaron, ni por el momento sabemos hasta qué época se utilizó. Incluso su posterior destino es una incógnita por el momento. Tal vez su cesión a la cofradía fue temporal y por ello aparece tan repentinamente como deja de hacerlo.
La nevera de Blesa pareció guardar únicamente nieve, o al menos la documentación no menciona el hielo en ningún momento. Tampoco sabemos por sus apuntes cuánta nieve cabría en la nevera. La única vez que se mencionan cantidades vendidas hablan de cinco carretadas y luego el resto por menudo o cargas. Si el precio al por menor y por carretadas fuese muy similar (lo que es muy dudoso) podríamos decir que vendieron en 1614 unas 28 carretadas, pero no sabemos si entonces la vendieron toda.(15) Además, un apunte contable añade que dieron 80 sueldos más, en nieve, a cuatro casas.
Tanto Eugenio Monesma en su vídeo documental sobre la nevera(16), como otros autores, mencionan que la propiedad más común de las neveras era la municipal y se explotaban mediante arrendamiento a particulares. Y probablemente fue así en Blesa durante mucho tiempo, al igual que en el ámbito de la Comunidad de Daroca, a la que pertenecimos, y en la que se conservan muchos contratos sobre arrendamientos de molinos, tiendas de comestibles, etc.(17) Las condiciones de explotación serían enormemente precisadas, como sabemos por otros lugares(18). Pero, al menos en 1614 en el caso de Blesa, se hace una mención a los dueños de la nevera, por lo que esta sería particular antes de cederla a la cofradía de la Sangre de Cristo para que la explotase, lo cual hicieron responsablemente, pues como comprobamos, también destinaron dinero a su reparación y mantenimiento.
Una última referencia al edificio
Entre las menciones a la nevera de Blesa, la más reciente que hemos localizado hasta el momento en la documentación data de 1860. En el Nomenclator de dicho año(19) aparecen desglosados todos los grupos de edificios del municipio, con su nombre, clase y distancia al ayuntamiento. Aquí figura "la Nevera" con "el cobertizo del pozo" a 300 m del centro del pueblo. El solar que menionamos más arriba se encuentra aproximadamente a dicha distancia en línea recta sobre un plano.
Por otro lado esta mención no significa exactamente que se siguiese almacenando nieve para su comercio, aunque seguramente el edificio todavía sobrevivía, o no hubiese merecido tal anotación.
Otras noticias sobre el comercio de la nieve en Blesa
Sabemos que debieron existir unas capitulaciones de la obra de la nevera y que nos podrían dar sus datos básicos con sus medidas, características y constructor. Tal como apuntan los libros de la cofradía estarían plasmadas en los libros del Concejo, pero quizá existiera otra copia en algún archivo de protocolos. Por el momento hemos publicado en este artículo toda la documentación que hemos encontrado hasta la actualidad referente a nuestra nevera, pero no así al comercio de la nieve en Blesa.
En nuestras investigaciones en el Archivo Diocesano de Zaragoza, las visitas pastorales más detalladas ofrecían listas de las cofradías existentes en Blesa, y en algunos de los informes hacían referencia a sus fuentes de financiación. Encontramos en la visita de 1785 una referencia breve al comercio de la nieve, pero por parte de otra cofradía, la del Santísimo Sacramento.
Hay otra cofradía del Ssmo. Sacram[en]to y con el producto de tres campos que tiene, de la nieve quando se recoge y limosna que se hazen por el pueblo, se pagan los gastos de la Cofradía, y el Procurador que se nombra todos los años, da cuentas, se reponen en el Libro, y se presenta en Sta Visita. No ay sobrante en esta Cofradía.(20)
No encontramos en las visitas menciones a ingresos por nieve para la Cofradía de la Sangre de Cristo, la que explotó la nevera a comienzos del siglo XVII. La del Santísimo Sacramento coexistía en 1785 con la de la Preciosísima Sangre de Christo, pero de esta última no dice que perciba renta alguna, ni tampoco a la nieve.
En esta cita documental no hace referencia a que utilicen una nevera, pero es razonable suponer que todavía existiera, puesto que es difícil que comerciasen con la nieve de otra forma que no fuera almacenándola para venderla durante los meses más cálidos. Lo que sí constatamos con la nueva aportación es que el comercio de la nieve en Blesa no fue algo aislado, y que tuvo posiblemente el mismo periodo de auge y decadencia que en otras comarcas aragonesas.
Cúpula de la nevera de Belchite (Zaragoza)
La cita de 1785 también nos indica que cuentan con la renta "de la nieve cuando se recoge". Quizá las nevadas no fueran absolutamente fieles a su cita invernal, dado que Blesa está situado a 771 m sobre el nivel del mar, aunque en las estribaciones de la cordillera Ibérica. En cambio, en el pueblo de Fuendetodos (Zaragoza), 32 Km más al norte, y casi a la misma altitud, se desarrolló una próspera industria del hielo. E incluso en el pueblo de Belchite (Zaragoza), a 450 m de altitud, y a casi 30 Km al norte, tuvieron al menos una nevera, que aún hoy podemos ver. Otro sentido de esa frase es que los cofrades o vecinos no acumularan nieve todos los años, pero yo me inclino más por la primera hipótesis.
Podemos considerarnos afortunados por tener documentada una nevera en Blesa, y datada una fecha cuando fabricaban hielo o acumulaban nieve, una información que hemos obtenido, como otras que descubriremos, en los libros de nuestras tres cofradías. Quede esto como una muestra de lo inmensamente rico que sería el pueblo de Blesa de conservar toda su historia escrita.