El nacimiento del sindicato agrícola (1909)

4 de mayo de 1909

El Noticiero

El catolicismo social fue un movimiento eclesiástico encaminado a acercar la iglesia a sus bases tradicionales, pero de una forma que, por una vez, la beneficiase en su conjunto y contribuyese a su prosperidad. Hace tiempo que sabíamos de que existió sindicación católica agraria en Blesa a comienzos del siglo XX, pero en las noticias publicadas en 1909 encontramos la génesis del seguro de caballerías, de la mano de un gran personaje muniesino Santiago Guallar Poza.

El Noticiero

BLESA, 2 de mayo

Los sindicatos. Conferencias interesantes.

El Sr. Guallar, que es sumamente partidario de las obras sociales, tenía que fundarlas en su tierra; y a requerimientos amistosos del señor cura, vino el 29 de abril, acompañado del ilustre literato D. Eusebio Anria, a dar una conferencia sobre sindicatos.

Se le recibió con cariño y amistad por considerarle como hijo del pueblo, y fue visitado por sus numerosas relaciones.

A las nueve de la noche comenzó su conferencia en el salón espacioso de la escuela de niños, ante un lleno completo, y nos tuvo pendientes de sus labios cinco cuartos de hora.

De la manera inusitable que él sabe hacerlo y con la mayor sencillez nos manifestó la decadencia de la agricultura en España, los adelantos de otras naciones y la necesidad de la asociación para que el abandonado agricultor resucite. Descendió después a particularidades, refiriéndonos datos y memorias curiosas y concluye con la idea de que la fuerza cohesiva del sindicato ha de estribar en el catolicismo. Aplausos y felicitaciones premiaron la precisa labor del señor Guallar.

Al día siguiente, en la casa parroquial, ante los señores de la Junta directiva, formada por los primeros contribuyentes y señores profesores, nos explicó minuciosamente la manera de llevar a cabo tales obras.

Se le despidió hasta las afueras con las mayores muestras de afecto y de cariño, y el señor cura acompañó a los distinguidos huéspedes hasta el vecino pueblo de Muniesa.

Los trabajos del Sr. Guallar han producido efecto; y la Junta trata de llevar a cabo por el pronto el seguro mutuo de caballerías, guardando para después el implantamiento de la caja de ahorros y préstamos.

De todo cuanto se relacione con el Sindicato, lo tendré al corriente.

El Corresponsal

El señor Santiago Guallar y amigos que compartían su idea iban haciendo misionado de catolicismo social, y llevaban años difundiendo la idea de la creación de sindicatos agrícolas. El 28 de abril de 1907 Guallar y D. Inocencio Jiménez (catedrático de derecho penal de la Universidad de Zaragoza), dieron una charla propagandística notable en Belchite. Quedó la noticia registrada en El Noticiero (3/5/1907) y trascribo algunos párrafos:

[...]

En medio del mayor silencio levantóse el Sr. Jiménez, y después de saludar al pueblo de Belchite expuso la importancia de la creación de los Sindicatos agrícolas, como ya se hallan constituídos en otros puntos, ofreciéndose incondicionalmente para cuantos trabajos se haya de realizar para su constitución, y ver si de este modo se puede poner remedio a nuestra crisis agrícola. Grandes y prolongados aplausos.

Acto seguido el Sr. Guallar, en párrafos brillantísimos, nos hizo ver la decadencia en que se encuentra la agricultura española, lo poco que producimos con un suelo tan fértil y clima tan bueno, lo mucho que producen otras naciones que no tienen estos medios y producen más y más barato, enumerando las causas de esta decadencia, contando entre estas causas las más principales, el poco apoyo que prestan los Gobiernos que nos rigen a las obras hidráulicas y los muchos gravámenes que pesan sobre las riquezas rústica y pecuaria.

Demostrado este, y para poder contrarrestar los efectos tan desastrosos que esto nos causa, expone de una manera magistral las ventajas que reportaría a la agricultura la creación de los Sindicatos y asociaciones agrícolas, cuyos organismos, una vez constituidos, podrían, con la unión de todos y no con muchos esfuerzos, conseguir la selección de semillas, empleo completo de abonos minerales, unos de maquinaria agrícola, etc, etc, para de este modo poder producir más y con más economía y evitar esa emigración tan espantosa que despuebla a nuestra rica y desgraciada España.


Unánimes y prolongados aplausos interrumpían a cada momento los hermosos párrafos del elocuente orador, demostración palmaria del sumo gusto e interés con que se escuchaba su palabra. [...]

El Corresponsal

Más detalles en estas mismas páginas en noticias de 1909, 1915, 1929.

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