n este artículo trataremos sobre la expansión de la población en Blesa (Teruel/España) en el siglo XVIII, en que creció aproximadamente un 27% en poco menos de 85 años. Si bien fue similar a otros pueblos de la zona, lo analizamos unido a datos sobre roturación de tierras y datos sobre agricultura que se han conservado. El periodo coincidió parcialmente con una serie de malas cosechas que provocó una falta de tierras, secularmente la única fuente de riqueza y medio de vida. Ello proporciona información sobre los cultivos, en algún caso personalizada, más datos de nuevas roturaciones.
En la segunda parte del artículo comentamos detalles sobre nuevos cultivos que se introducirán a finales del XVIII o comienzos del XIX y el impacto de la guerra de la Independencia.
Antecedentes
El siglo XVIII fue próspero en apariencia para Blesa, se embarcaron en la construcción de la nueva iglesia con una torre elevadísima, llevaron a cabo costosos pleitos contra Moneva para reclamar la propiedad de varias partidas, expandieron sus cultivos a costa de los montes y aumentaron su población. He aquí una tabla de su evolución.
Vecinos | 187 | 192 | 244 | |
Habitantes | 748* | 768* | 976* | 1292 |
(*) datos estimados a 4 habitantes por hogar |
Por el investigador José María Carreras sabemos de los comentarios que se plasmaron en una Visita Pastoral realizada en 1771, que se encuentran en el Archivo Diocesano de Zaragoza. En este documento con datos sobre las obras de la iglesia y se da una razón:
"en atención a que esta iglesia era muy pequeña... fue preciso crecerla con nuevo crucero y renovarla toda. En el día no está, por falta de medios, pavimentada como corresponde. Y así su pavimento está sólo para ir pasando hasta que dé fin a la fábrica. El campanario está en una torre muy elevada y firme con 5 campanas buenas y una de ellas sirve de reloj."
Cuando se construyó el retablo gótico que adornó la primitiva iglesia de la Santa Cruz, aquel que hoy se conserva en el Museo de Zaragoza, había en Blesa una población estimada de 125 vecinos(1) (poco más de quinientos habitantes por estimaciones estadísticas), y trescientos años más tarde, a finales del XVIII eran casi el doble de vecinos (aproximadamente mil personas).
Futuras investigaciones de las cofradías blesinas podrían ayudarnos a seguir el crecimiento vegetativo de la población en este periodo.
Parte I. Siglo XVIII. Rompiendo nuevas tierras
Faltan tierras de cultivo
En el año los representantes de los blesinos se ven obligados por las circunstancias a solicitar permiso para roturar más montes, y como tanto sus razones como circunstancias sociales son interesantes, las transcribiremos aquí. Estas noticias se conservan en un Real Acuerdo de 1736 en el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza.(2)
Los representantes de Blesa eran Miguel Arnal, Alcalde Primero del lugar, Domingo de Nuez y Juan Simón Torres regidores(3) y Pedro Galve, Síndico Procurador General(4) de Blesa. También mencionan a Francisco ¿Lastor?, alcalde segundo. Se dirigieron a la Real Audiencia de este reino en estos términos de petición y lamento:
"Que por el aumento que de algunos años a esta parte, ha habido, y hay en dicho lugar, y la calidad del Terreno, que es casi todo de Peña de Algez, ha llegado a esterilizarse tanto, que se malogran casi enteramente los trabajos del labrador por no poder fructificar la tierra, assi por su mala calidad, como por lo cansado de su continuo cultivo y ser muy corto y limitado el Terreno: Y siendo assi que los montes de dicho lugar son tan grandes, que sobran muchas yerbas para los Pastos y que no puedan hacer falta, aunque empleen algunas porciones de la cultura, que es la primera atención del público, y antes de las leyes del nuevo gobierno concedía la Universidad licencia para romper en dichos montes, como con efecto se hallan algunos campos en ellos."
De esta descripción de la situación obtenemos varios puntos de interés sobre nuestro término y sus gentes.
En primer lugar hacen mención al aumento de población que "de unos años a esa parte" había tenido el lugar. Hacía unas décadas que había terminado la guerra de la Sucesión y una época de estabilidad habría propiciado acaso este aumento.
De las tierras del término informan de lo que ya sabemos, que son muchas de roca de yeso (algez) y que el suelo había llegado al agotamiento. Y es que a pesar de la gran extensión del terreno gran parte debía dedicarse a pastizal, aunque ello no signifique hierba fresca sino matorrales y tomillos, resultado del clima y la sobreexplotación de un ecosistema degradado ya por entonces.
También declaran que la principal actividad en el lugar es la agricultura, y que antes de los Decretos de Nueva Planta se les concedía a los agricultores "romper en dichos montes", o sea, roturarlos para obtener nuevas tierras. Esta nueva dinastía centralista que impuso Felipe V hizo desaparecer la autonomía del Reino de Aragón, así como parte de los fueros y el autogobierno de la Comunidad de Daroca que a partir de entonces perdería atribuciones.
Por aquellas razones, a través de procurador Thomas Pallas, piden exactamente esto último:
"... pido y suplico se sirva conceder licencia y permiso a mi parte, para que los vecinos de dicho lugar puedan romper y abrir tierras en dichos montes, a fin de que puedan los labradores emplear sus trabajos en aquella parte o partes del monte más cómodas y que no pueda causarse perjuicio alguno..."
Los terrenos de que escriben tienen aún hoy en día suelos destruidos de cuatro maneras:
- uso excesivo
- deforestación
- carencia de agua
- y el consumo de vegetación por animales domésticos (en días, un rebaño hambriento puede devorar toda la vegetación de un monte reverdecido y si los pastores no impiden que coman los jóvenes árboles dificilmente crecerán nuevos, y en Blesa la cabaña llegó a ser de 6000 cabezas).
En manos de los Conservadores de la Concordia
En el siglo XVII y XVIII fueron comunes las
bancarrotas de los ayuntamientos, debido a la imposibilidad de pagar las
rentas de los numerosos censales (un contrato por el se recibía
un dinero a cambio de una pensión anual o intereses y sin una
fecha de devolución del capital principal), en que se
habían empeñado durante décadas. Cuando llegaba el
caso de no poder pagar las pensiones a los censalistas la
solución pasaba por las concordias de censalistas, esto es, un
acuerdo entre acreedores y el ayuntamiento. Actualmente sólo
tenemos noticia de una concordia de censalistas en Blesa en , pero
sí conservamos bastantes censos del Ayuntamiento de entre y
1781, y de varias luiciones (liberación) de los mismos. Por estos
acuerdos, se cedía a favor de los censalistas las rentas de los
bienes propios y dehesas, las cuales administraban sin depender del
Ayuntamiento, para ir cobrando la deuda. El Ayuntamiento tampoco
podía empeñarse o contraer obligaciones, sin
consentimiento de los censalistas, mientras estuviese en vigor la
concordia, y como vigilantes de la misma se nombraban a varios
"conservadores de la concordia" (*).
Este será el caso de los que menciona esta documentación
sobre la petición de roturación de tierras, y la Audiencia
les consultará por si ello pudiera afectar a sus intereses,
quizá como arrendadores de los pastos. Otro punto oscuro de la
historia de Blesa para investigar.
(*) En ese caso se encontraba también Lécera sobre . Véase, "Lécera. Una villa aragonesa en el siglo XVIII", por Jesús M. Franco Angusto, pág. 36; y también Plenas en (P. Diarte, pág. 368).
Los trámites intermedios que sigue esta Real Proposición no serían de especial interés sino fuera porque, una vez aceptada a trámite, los oidores(5) le dan traslado a "los conservadores de la Concordia del lugar de Blesa" para que en seis días comparezcan.(6) ¿Quién tenía tal cargo? Quienes deben tramitar la solicitud en la Real Audiencia piden a unas personas del lugar de Blesa que comparezcan y corroboren la petición. El notario público Faustino Blasco y Sesse, domiciliado en Muniesa, leerá el 4 de octubre la Real Provisión y notifica su contenido al Ayuntamiento. Este...
"se lo comunicó a Mossen Joseph Mercadal, Presbítero Capitular de la Iglesia Parroquial de Blesa, a Domingo de Nuez, Regidor Primero y a Joseph Calbo y Llorente, todos habitadores en dicho lugar como conservadores que son de la concordia de dicho lugar en sus personas".
Ellos darían conformidad a la pretensión del Ayuntamiento y justificarán la conveniencia de lo que solicitan. ¿Pero por qué una institución pide aprobación a unos blesinos para dar curso a una petición del Ayuntamiento? Pues porque traducido al lenguaje actual estos Conservadores de la concordia son acreedores del Ayuntamiento.(7) Y es que nuestro Ayuntamiento estaba en bancarrota en , casualmente dos años antes de pedir esta roturación de tierras, y se constituyó la correspondiente concordia de censalistas.(8) Posiblemente serían más de tres los deudores que llegaron a un acuerdo, quedando como representantes un presbítero en representación de las deudas de la iglesia y dos particulares. Hasta resarcirse de las deudas, más o menos aligeradas en el acuerdo de constitución, gestionarían todos los bienes del Ayuntamiento y percibirían sus arriendos (molino, posada, tiendas, hierbas, etc.). Esta bancarrota ocurrió a pesar de que la existencia de medidas contra el endeudamiento creadas desde antiguo por la Comunidad de Daroca, lo intentaban limitar a lo estrictamente necesario.(9)
Quizá fueran miembros de esta baja nobleza o ricoshombres que vivían de las rentas de arrendar sus tierras y de sus censos. Gracias a este documento obtenemos el nombre de uno de los sacerdotes de Blesa y de otra persona principal.
El siguiente documento del expediente de solicitud de roturación de tierras es una carta muy descriptiva que escribe el sacerdote, miembro de los conservadores de la concordia de Blesa. En ella detalla la pobreza de las tierras de Blesa y es testigo fiel de las circunstancias en que trabajaban los agricultores blesinos de hace casi tres siglos.(10)
"6 de octubre de .
Se nos ha intimado a los Conservadores de esta concordida de Blesa un
despacho del Real Acuerdo que se nos manda informemos y demos nuestro
dictamen sobre si es justo, útil y provechoso para el lugar y
para sus vecinos lo que se pide en la petición del Procurador
Pallas; y los tres conserbadores unánime y conformes abemos
convenido en un mismo dictamen; [...] es justisísimo todo lo que
se pide, ... verdad todo lo que se dice en su pedimento.
Este lugar, es cierto, se está cargando con excesivo número de vecinos, que es su término mui calbo, dificultivo de ampliarlo por estar todo circundado de cabezos de algez ... porque las tierras están cansadas del continuado cultivo y no dan abundantes cosechas como en los lugares vecinos pues cuando en estos es fértil la cosecha, en este lugar no es más que mediana; y que cuando en los lugares vecinos es mediana, en este sólo se coge la simiente; por falta de no aver tierras pagan los vecinos arrendarlas en otros lugares para poder tener qué comer en sus casas. Por estar las tierras cansadas no pueden ... aquí plantar de azafranes que es una cosecha de ... siendo así que una vez plantado el azafrán en un mismo campo da fruto cinco años, en este lugar sólo fructifica tres años y luego se pierde; y les precisa a los vecinos el arrancarlo, y también el abrir tierras es utilísimo para el aumento de las primicias(11) y para que muchos pobres planten azafranes en el término que por no aver en él tierras se pasan a plantarlo a los términos de Muniessa, Blessa (¡!) y Huessa por eso los conserbadores nos conformamos en un todo con lo que se pide por parte del lugar. ¿Dicen? no ser necesario señalar partida porque el Real Acuerdo dará el poder ... para que se abran tierras donde conbenga, pero si fuese necesario que nuestro procurador la exprese que pida en su petición la partida llamada Carboneras..."
Son muy interesantes las apreciaciones del religioso en cuanto a la producción de los campos y el replante prematuro del azafrán. Como ocurría en el XVIII e incluso en la actualidad, la gran extensión del término de Blesa lleva a los agricultores blesinos a trabajar tierras en términos vecinos más cercanas al núcleo urbano, mientras que, por su lejanía, arrendaba campos o partidas enteras a otros lugares como Moneva o Moyuela. Declaraban, ya entonces, que el término estaba ya muy "calvo", o sea, deforestado.
Al fin descubrimos también en qué partida del término se extendieron los cultivos del pueblo: Carboneras,(12) el gran monte que existe entre el Campillo y Ragudín. Por la relativa cercanía de Carboneras al casco urbano comprobamos que las afirmaciones del Ayuntamiento relativas a "la calidad del Terreno, que es casi todo de Peña de Algez, ... assi por su mala calidad, ...y ser muy corto y limitado el Terreno" se referían principalmente a las partidas inmediatamente circundantes del pueblo, que serían las que estarían sobreexplotadas y en cultivo.
Corrobora la progresión de las roturaciones de tierras el profundo estudio de Pascual Diarte cuando habla del régimen de propiedad agrícola en los pueblos de la Comunidad de Daroca, a la que perteneció Blesa:(13) "Las tierras comunales y concejiles ocupaban la mayor parte del suelo de la Comunidad. Las propiedades particulares, sin embargo, aunque representaban una pequeña parte de la superficie total, cualitativamente eran las tierras mejores y las más cercanas a los núcleos de población". Esta estructura, según el mismo autor que cita a Ferrer Regales,(14) se puede corroborar incluso hasta mitad del siglo XIX cuando ya estarían reflejados los primeros procesos desamortizadores.
En el siguiente documento del expediente se acusa recibo de la comunicación de los conservadores de la Concordia del lugar de Blesa y menciona que "...se presentó con la solemnidad y juramento necesario en la que se aumenta [añade] sea la Partida llamada Carboneras la mejor y más aparente, para abrir las tierras...".
Tras este trámite de consulta a los"conservadores" se accedió al siguiente escalafón burocrático. El 13 de octubre el fiscal de Su Majestad en Zaragoza remitió al Ayuntamiento una cuestión sobre... "sitas tierras que intenta romper y reducir a cultura son dehesa o monte común de dicho lugar" y que una vez contestado se le devuelva.
¿Se pondría algún impedimento? Tras varios documentos de vuelta, la lectura de la Real Provisión por el notario Faustino Blasco, y la legal convocatoria del Ayuntamiento de Blesa, el mismo contesta:
"Que de las tierras y monte que por dicho
Ayuntamiento se ha suplicado y se suplica se reduzcan a cultura, parte
de ellas son de dehesa y parte montes comunes. Y que
por ser como es, la pastura y yerba de dicha dehesa tan basta y de poca
sustancia para los ganados, en la parte que pueda y permita según
su terreno abrirse y rompiese, se mejorará otra hierba y pastura,
y se seguirá mucho beneficio para los ganados gruesos y menudos
de dicho lugar, al menos, del notario y conocido beneficio que de ello
... al público, a la conservaduría, y a los labradores y
vecinos del dicho lugar.
Esto dieron dieron por respuesta, de que doy fe.
Faustino Blasco y Sessé."
Los últimos documentos del expediente contienen la
recepción en la Real Audiencia, fechada en Zaragoza el 5 de
noviembre de 1736, y finalmente, por un Acuerdo General de la Real
Audiencia la concesión del permiso para roturar.
Descartando censos de población
Ya hemos comentado en trabajos previos que muchos de los supuestos censos históricos estaban sólo encaminados a la recaudación de impuestos y que no eran en absoluto fiables. Adoptando por buenos los censos que los investigadores Pascual Diarte y Guillermo Pérez Sarrión consideran más reales, podemos comprobar gracias a este documento, que habla de los blesinos en primera persona, el acierto de su afirmación.
Por dos veces hemos leído que la población de Blesa crecía en las primeras décadas del siglo XVIII, incluso el sacerdote llega a decir que "está cargando con excesivo número de vecinos".
Ahora, si comprobamos los censos descartados de que disponemos en ese mismo siglo, podemos constatar que no concuerdan con estas afirmaciones:
101 vecinos | 111 vecinos | 76 vecinos |
De 192 vecinos declarados en el censo de a los 244 vecinos pudo haber crisis y recuperaciones, pero contradicen a los testimonios esos dos censos tan bajos de y y son claramente sospechosos. De hecho, el profesor Guillermo Pérez Sarrión dice de ellos que "el de es casi copia del de y que este es inferior a los de 1711 y 1713 en cantidades inverosímiles para tan corto espacio de tiempo"(15). En cambio, la fiabilidad del de viene avalada porque "los primeros vecindarios [tras la Guerra de Sucesión] se hicieron con la intención de recaudar impuestos de toda la población sin exceptuar a los privilegiados".(16)
La producción agrícola en el siglo XVIII
Aurora, Antonio y unos familiares, labrando y plantando el campo de azafrán
en Blesa. Foto de Aurora Muniesa
Pero los aumentos de población no fueron probablemente la única razón que llevó a la falta de tierras. Diversos autores han estudiado la evolución de las cosechas y Pascual Diarte ha cotejado las de la Comunidad de Daroca con otras zonas comprobando su concordancia en lo general,(17) si bien nos avisa de las posibles variaciones locales respecto a los mismos. El inferior rendimiento de una sucesión de años pudo estar tras el colapso productivo que amenazaba la prosperidad de los habitantes.
Si en el último tercio del siglo XVII se obtenían unos niveles de producción normales (con algunas buenas cosechas en los periodos de 1669-74 y 1690-93), el siglo XVII terminó, sin embargo, con una importante crisis agraria iniciada en -95 que se alargó durante los primeros años de la centuria siguiente. En el siglo XVIII, tras unos años de recuperación (-), la producción cerealista de la Comunidad entró en una larga y decadente fase de lenta regresión o estancamiento en la que se alternaron años de buenas o normales cosechas (-15, , -28, -32) con otros de graves crisis agrarias (, -30, , -63, entre otras), hasta que, hacia , se inició una acelerada disminución de la producción que alcanzó sus valores mínimos en el bienio -".(18)
Reflexiones económicas de un jesuita aragonés
El sacerdote Miguel Dámaso Generés publicó en un importante ensayo sobre la economía aragonesa.
De sus páginas extraemos estas razones:
"Quatro son, como llevo dicho en el
párrafo antecedente, los principales defectos de esa agricultura.
Primero: el mal destino de varios terrenos, a cuya
producción se les fuerza, o por ignorancia, o por desidia, o por
la necia máxima de que se ha hecho así hasta ahora.
Segunda,
la rígida y extravagante ligación de los mismos a una sola
producción, quanto pueden a esmeros del trabajo y cultivo dar
más de una.
Tercero: la grande extensión de tierra,
que pudiéndose cultivar con provecho, esta abandonada e inculta.
Y finalmente, el quarto defecto del qual se originan en gran
parte los antecedentes, es la perversa costumbre de no domiciliarse los
labradores en la campiña."
Este sacerdote ilustrado argumentaba a favor de la formación de
los agricultores, nuevas roturaciones y la conversión de la
producción en manufacturas, lamentando que gran parte de las
materias primas que proporciona el reino acaban siendo exportadas a
Cataluña y Valencia, por falta de espíritu de empresa y a
la mentalidad nobiliaria. De hecho, no vaciló en proponer como
remedios la secularización en gran escala de los bienes
eclesiásticos, o la disminución de clérigos como
fomento de la población.
M.D. Generés. "Reflexiones...", página 108, IFC, 1996
No sabemos cómo se distribuyó la nueva superficie roturada entre los blesinos, si sería a suertes (como los Quiñones), por arriendo o venta.
Por el momento tampoco sabemos a qué cultivo se dedicaron las nuevas tierras abiertas en Carboneras o en otros lugares. Posiblemente serían los tradicionales de cereales y azafrán. De este último sabemos que Blesa estuvo entre los mayores productores del Reino, junto a otros pueblos de nuestra zona, (la mayoría de la sesma de la Honor de Huesa, la antigua subcomarca en que estábamos integrados). En el conjunto de la antigua Comunidad de Daroca la producción de azafrán se incrementó durante todo el siglo, y según cuenta Ignacio de Asso en su "Historia de la Economía política de Aragón" a finales del XVIII las tierras de la Comunidad de Daroca eran las únicas de Aragón donde se cultivaba.
Destacábamos entonces con una producción superior a las 3.000 onzas (250 libras), Blesa, Muniesa, Torrijo (próximo a Monreal del Campo) y Monforte. Seguían a ésos un conjunto de pueblos muy cercanos en su mayor parte (Maicas, Plenas, Moyuela, Monreal, Huesa, Azuara, Herrera y El Villar) cuyas cosechas se situaban entre las 1.500 y las 2.000 onzas (125-250 libras)".(19)
Mejoras técnicas
Se conserva un informe sobre Blesa, de la agricultura y otros productos de 1782, que nos transmite cómo se habían multiplicado las cosechas en el medio siglo que transcurrió desde las informaciones anteriores.
"En dicho lugar de Blesa se halla al presente la agricultura en el
estado más floreciente, que jamás se ha visto; la cau[sa]
es [sobrepuesto "sa"], el continuo cuidado y aplicación
de los moradores deel al travajo, cultivo de las tierras, en beneficiarlas
con estiercol, el que recogen con mucho cuidado hasta de los caminos, y
calles deel lugar para que no se pierda, y también aiuda mucho a
la fertilidad de la tierra la planta deel azafrán, que esta en su
maior perfeccion, como adelante se dira.
Todo lo dicho se comprenda mirando el aumento de la cosecha de granos en
lo antiguo, al tiempo presente. Hasta el año de quareinta
de esta centuria [] no llego el dezmario* a 300 caices*, el año
de 1779 pago de 700 caices de trigo, ordio*, y avena : se sigue
de la gran ventaja en dichos años de el un numero al otro, el maior
esmero travajo y cuidado, que ponen los labradores de estos tiempos a los
antiguos." [...] y ser la maior parte de la tierra delgada o floja,
de suerte, que si no esta estercolado, o ha havido en ella plantado azafran,
solo produce cada jugada* un caiz de trigo; y estando beneficiada de el
modo dicho, produce tres y 4 caices por jugada*.(20)
Parte II. Siglo XIX. Nuevos cultivos
Nuevos cultivos en el siglo XIX. La patata
En en la localidad turolense de Blesa se hizo un día de homenaje a D. Miguel Artigas Ferrando, natural de la localidad, que había sido designado como Director de la Biblioteca Nacional en Madrid. Hubo discursos de presentación sobre los estudios y suponemos que los trabajos intelecturales de D. Miguel; pero él, consciente de dónde estaba, en una localidad de enminente carácter rural, trató de ponerse al lado de sus antiguos convecinos y habló sobre algo que entendieran y les fuese útil, algo que sus artículos sobre literatos no podía aportar, y por ello dio un detalle histórico interesante... sobre agricultura.
...El sentidísimo recuerdo que dedicó a sus padres vibró en todos con fuerte emoción. Discurso tan elocuente por lo sencillo, lo natural y sincero, culminó en un rasgo que conmovió a todas las conciencias cuando dijo: "Yo agradezco el homenaje: pero bien poco os he servido para merecerlo, y buscando razones para tales muestras de afecto y gratitud, quisiera encontrarlas en una bisabuela mía, que trajo a la comarca una nueva riqueza agrícola: la de la patata. A esa dama que fue, si que le debéis estar todos agradecidos."
Heraldo de Aragón
Martes,
En la escuela enseñaban que la patata (como el tomate, el maíz, la calabaza, el chocolate y otras plantas comestibles) provenían de América, pero ¿nos explicaron cuánto se tardó en "trasplantar" su cultivo en Europa? ¿Cuándo las empezaron a cultivar los agricultores en la península Ibérica? ¿Y en Aragón? ¿Se podría justificar la afirmación de D. Miguel Artigas sobre la introducción de la patata en un pueblo o comarca de Teruel en torno al siglo XVIII/XIX, en una fecha que parece tardía?
Miguel Artigas Ferrando nació en , y si, pongamos por caso que su madre nació 25 años antes, y su abuela 50, y su bisabuela 75 años antes, podríamos calcular que afirmó que la introducción de la patata se había hecho a comienzos del siglo XIX. Y además también me sorprende que se pudiese personalizar en alguien la introducción de una planta comestible en una comarca, pero seguramente así fue. La patata necesitó promoción.
Sello de alemán dedicado al 350 aniversario de la llegada de la patata a lo que sería Alemania. Viene a datar la introducción en Alemania en 1647.
El especialista Joaquín Aibar resumió en su artículo "Los cultivos y las prácticas agrarias en la Zaragoza del siglo XIX y durante los Sitios" [enlace] la historia de su introducción y cultivo:
"La patata, fue introducida desde Benasque a finales del siglo XVIII, en ya se produjeron en Aragón 91.413 qm. Las había blancas, amarillas y rojas. Se sembraban, igual que en la actualidad, bien con tubérculo entero o bien troceado, pero también se hacía algo diferente, se sembraban con semilla verdadera, en vivero, y se trasplantaban al año siguiente. La patata tenía como principal enfermedad la rizadura, probablemente una virosis. Es necesario reseñar que los graves problemas causados por el mildiu de la patata (Phytophthora infestans) llegarían a Europa hacía 1845 y que el escarabajo de la patata, aunque llego a Europa a final del siglo XIX no fue un problema grave en España hasta finales de los años treinta del siglo XX" [AIBAR, pág. 60].
El dato sobre la introducción de la patata lo trae del libro de Ignacio Jordan de Asso sobre la "Historia de
la economía politica de aragón en el siglo XVIII" [enlace] quien escribió en :
"De pocos años a esta parte se ha introducido el cultivo de las patatas en Villanueva, y en otros lugares del valle de Benasque, donde las llaman Triunfas" [pág. 85]. El mismo Asso, hablando sobre la construcción del Hospicio nuevo de Zaragoza, que alaba, habla de el "jardin cercado de verjas de hierro, que costó 5 mil escudos, y dexa 5 por 100 de utilidad con el producto de las patatas y moreras, que se han plantado". [ASSO, pág. 244].
El mismo Joaquín Aibar nos aportó como muestra de la tardía introducción del cultivo, o su mínima presencia, el que no se citaba la patata en la publicación de de Antonio Plana, contable del cabildo metropolitano de arzobispado de Zaragoza "Manifiesto del vecindario, producciones y cargas de Aragón, antes del año y en el de (con motivo del cargamento de contribución directa, decretado por las Cortes generales y extraordinarias a dicha Provincia)" [enlace].
Lista de los frutos de la cosecha de : trigo y centeno; cebada y abena; vino; aceyte; garbanzos; maiz, habas; judías; azafran; aguardiente; cáñamo; lino, zumarque; barrilla; seda; cera; lana; miel; leña [PLANA, pág 18]
La mayoría de las localidades del norte de la actual provincia de Teruel estuvieron dentro del arzobispado de Zaragoza hasta mediado el siglo XX, por lo que están incluidas en los que resumen. Si a eso sumamos las fechas dadas como de introducción de la patata en la comarca pirenaica, y lo específico de la cita sobre el cultivo en el jardín del Pignatelli, son pues compatibles con las fechas de una expansión tardía a las cuencas del Aguasvivas o del Martín como indicó el Sr. Miguel Artigas en su discurso.
De hecho en el informe de la Visita Pastoral a Blesa, de , nos cuentan qué percibía el párroco y el obispado como diezmos: trigo, morcacho, hordio (cebada), avena, dinero a cuenta de los corderos, vino, azafrán, azafrán en manteca. No se nombran ni la patata ¿había llegado ya?, ni otros muchos productos que seguramente tenían una importancia menor que los nombrados(20).
He hallado otro testimonio de la introducción de la patata como cultivo en un pueblo bien comunicado en el valle del Ebro y se data de comienzos del siglo XIX también. En la Gazeta Nacional de Zaragoza, del (durante la ocupación napoleónica de España), figuraban noticias internacionales (del imperio francés), y algunas locales entre las cuales hay unas útiles de "Progresos de la Agricultura". Se hace eco del provechoso cultivo de las papas o patatas, alabando "la facilidad y economía de sus labores, de la seguridad de su cosecha, de sus usos [...] como alimento del pobre, regalo del acomodado, pasto de los animales..." Concretan que en Gelsa (Xelsa) (provincia de Zaragoza), que "hace cinco años () que si algún labrador tenia la ocurrencia de sembrar algunas pocas las destinaba unicamente para pasto del cerdo. Y aun ha habido quien se las dexo perder ¡por dos años consecutivos por no saber que uso darles, hasta que viendo que las comían las gallinas y las caballerías, dixo con mucha gracia a su muger: Ya sabemoo ahora para que es bueno esto." (21).
Por paradójico que pueda ser, esa planta alimenticia proveniente de la América española no se introduce en Aragón para su cultivo por la vía americana, sino que llega mucho más tarde desde Francia, y como se ve en el sello de correos alemán de , en Alemania se introdujo hace 350 años, en lugar de 200.
Incidencia en el cultivo del azafrán y otros durante la posguerra de la Independencia
Pero el "Manifiesto del vecindario y producciones..." es útil también por informarnos de lo que se producía en Aragón y lo que entonces se traía del exterior, en 1813-1814, tras la guerra de la Independencia:
"La cría de ganado mular, vacuno y de cerda es poquísima; y las muchas caballerías que faltan para la agricultura y demás faenas de la Provincia, se an de traher de otras partes. El ganado menor es el único que le da utilidad, y aun sobre este punto es necesario advertir, que las carnes para el abasto de la capital, y de otros pueblos de consideración, vienen la mayor parte de Francia, y que sin este recurso, no lografía el surtido que han menester" [PLANA, pag. 7]
"A la disminución de brazos, ha acompañado la de caballerías de labor. Puedo señalar pueblo que no tiene la tercera parte de las que tenía en el año de 1808; y es de los principales de la provincia. Puedo señalar otros cuyos pares están reducidos a la mitad de los que había en aque año; y no hay tal vez uno donde no hayan baxado a dos terceras partes. Me consta que en un lugar de sola 200 casa, perdió en las bagagerías de un invierno 60 bestias de carga" [PLANA, pág. 22-23]
GASTOS POR CADA PAR DE MULAS. "...cada labrador de un par de mulas tenía detallados 174 r.vn. de contribución anual, [...] los gastos que le acarrean los aperos y arreos de su arte: los pagos del albeitar, del herrero, del carretero, del herrador, del albardero, y de tantos otros de quienes tiene que echar mano para el manejo de sus caballerías, y labor de la tierra; a las cargas ordinarias de cirujano, boticario, médico, maestro de niños, &c; se verá palpablemente que si no es un año afortunado, toda su cosecha se le va de entre las manos, sin que le quede despues de sembrar cosa ninguna, para pagar una mula, que compró al fiado, ni para sostener su pobre familia. [PLANA, pág. 11]
SOBRE GANADERIA. A la par que la agricultura, han ido decayendo nuestros rebaños. Son muy sabidos, aun se descubrirán más en adelante los menoscabos de este ramo, por las exacciones y pesquisas que hicieron los franceses, y por lo que han consumido los españoles en varios partidos [...] Bien se puede asegurar que los dos millones y cien mil cabezas, que se contaban en Aragón están reducidas a menos de la mitad. [PLANA, pág. 24]
El panorama expuesto es bastante malo, pero seguramente no siempre fue así; la cabaña ovina fue muy grande en Aragón, pero hay que remarcar que está escribiendo de un año 1813 pocos después de pasar varios años de guerra, como frente activo en gran parte de Aragón, y de ver Zaragoza destruída, y diezmada la población aragonesa, especialmente de jóvenes tras los sitios de la capital y la guerra contra las tropas napoleónicas.
SOBRE EL AZAFRÁN Y CULTIVOS PARA ACTIVIDAD MERCANTIL. En escría Antonio Plana:
"Los demás frutos que produce Aragón, ningun ingreso pueden ocasionarle este año, ni son suficientes para su consumo; porque como quiera que la seda y el azafrán, fuesen de alguna consideración antes del año ; más al presente son ramos muertos: el primero por el destrozo de las moreras; y el segundo porque se ha olvidado su cultivo por atender a lo más urgente. Y lo mismo sucede con el lino y cáñamo, cuyas cosechas han decaído, a lo menos momentáneamente porque se han empleado las tierras donde debían criase, en trigo, y otros sembradas. [PLANA, pág. 26]
SOBRE CULTIVOS PARA ALIMENTACIÓN. "Los frutos principales de Aragón son trigo, centeno, cebada, abena, azeite, vino, lana y cáñamo. Algunos otros produce, pero ni son de consideración ni suficientes para el abasto de la mitad de sus habitantes: pues es cierto que los pueblos vecinos a Valencia, a Cataluña, a los Pirineos y a Castilla nos introducen de estas partes, la judía, el garbanzo, el tocino, los huevos y otros artículos de que no abunda nuestra Provincia". [PLANA, pág.7].