La sal es un mineral esencial para la vida. Actualmente es barata y fácil de producir y transportar a cualquier rincón, pero hasta hace unas pocas décadas las fuentes de sal que necesitan las personas para sazonar y conservar alimentos y los ganaderos para alimentar a sus animales quedaban lejos (Zaragoza, la costa mediterránea...) y la más próxima era la salina existente en el pueblo de Armillas, situado en la sierra. Hacia él dirigiremos nuestras pedaladas en esta ocasión (entrando un poco en la cuenca del precioso río Martín).
La ruta que vamos a seguir parte de Blesa (Teruel), cruzará la muela de Anadón rodeándola por el camino que la bordea por el Este. Si se parte de Blesa siguiendo la pista de la cuesta Roya, por la pista del canal de Moneva llegaremos a la presa del Morenillo (término de Huesa del Común) y el más de Romanor . En sus inmediaciones desemboca el río río Marineta. cuyos caminos laterales ayudan a remontar este afluente. Tiene más detalles sobre este tramo de la excursión en "Los pueblos de la serranía: Anadón, Rudilla y Piedrahíta".
En el puente de la carretera sobre el río Marineta, en la zona llamada de los batanes de Huesa maracará unos 7,7 Km, y poco más adelante, en el Km 10,1 la masía de Yerna. La balsa que dejamos a la derecha del camino en el Km 11,8 y la llegada a la pista que rodea la muela de Anadón en el 13,7 (tras 1 hora de camino aproximadamente) es una buena referencia para ajustar el cuentakilómetros de la bicicleta.
En la pista tomaremos el camino hacia la izquierda que comienza una ascensión progresiva y toma poco a poco el rumbo hacia el sur. Las vistas son estupendas y más que lo deben ser desde lo alto de la propia muela de Anadón, que no queda mucho más alta (la Molatilla, 1245 m) de lo que alcanzaremos nosotros. Si miramos hacia el Este en un lugar despejado a mitad de la pista podremos ver el pueblo de Maicas recogido entre las montañas cercanas. La cuesta se prolonga sin pérdida (y sin abandonar el camino principal) hasta el kilómetro 17,3 en que alcanzamos la máxima cota.
Aquí comienza un fuerte descenso que nos llevará casi a los pies del Aguasvivas en menos de tres kilómetros de curvas que requieren mucha precaución debido a los terraplenes que bordean la pista.
Así llegaremos a la carretera (Km 20) que va de Cortes a Segura de Baños (Km 24,4 y unas ), justo sobre los afamados baños que dieron apellido a esta localidad serrana, famosa por su gran castillo, destruido durante las últimas guerras carlistas en el siglo XIX, y del que ya no podemos ver prácticamente nada. Pero estamos adelantándonos a nuestros pasos. Antes de llegar a Segura pasaremos por el espectacular barranco que ha formado el ahora inocente río Aguasvivas en las enormes montañas (Km 21). Ascendemos una cuesta ligera que, donde alcanza el collado (Km 23,4), presenta varios caminos por la izquierda. Uno de ellos lo tomaremos para ir a Armillas, pero en este momento nos acercaremos a Segura de Baños, que está a unos centenares de metros, entrando por el camino de las eras, hacia la derecha.
En la parte alta del pueblo (Km 24,4) existe una fuente de agua fresca metida en un portalito de piedra con arco de medio punto, donde podemos llenar los botellines de agua. No puedo destacar mucho del pueblo, que fue destruido, como su castillo, para poder defender mejor la plaza durante las guerras carlistas.
Si salimos por el mismo camino de las eras, pasando junto a un pilón o peirón, y tras un par de curvas de la carretera que ya hemos recorrido, estaremos sobre una hoya en el terreno, y las entradas a los caminos quedarán a la derecha. Desde esta altura podrá ver al pie de las montañas cercanas una casa con el estilo de las viejas estaciones de ferrocarril, y tras ella un valle que se adentra en las frondosas montañas (el barranco de la Cerrada). Ahí tenemos que llegar, para lo cual tomaremos el segundo camino de la derecha.
En un momento alcanzaremos este solitario apeadero donde existe un cruce de caminos. Tomaremos el de la izquierda, que se adentra en las montañas siguiendo el antiguo trazado de las vías del ferrocarril de Utrillas. El camino está en buen estado y la pendiente es muy llevadera. En el kilómetro 28,8 llegaremos a un cruce de caminos en las proximidades de una mina de plomo, como se ve en el esquema.
Según hemos llegado debemos tomar el camino de la derecha, que inmediatamente se divide en dos, que asciende por ambos lados de una montaña. El que nos interesa en este caso es el más cómodo, del de la izquierda. Con ello abandonamos el antiguo trayecto del tren de Utrillas.
En el collado que alcanzaremos en breve (Km 30,5) veremos un pequeño valle cultivado, largo y estrecho. Tendremos que ir hasta el monte que lo cierra por arriba, sin apenas pendiente, sin abandonar el camino principal y de esta forma alcanzaremos rápidamente la carretera de Armillas (Km 33,5 y poco más de dos horas de camino).
Para ir al pueblo de Armillas se toma la carretera hacia la izquierda, pero como lo más interesante de ver son las salinas remontaremos un poco la carretera hacia la derecha y tomaremos el primer desvío por camino de tierra que hay a la izquierda. Una pista desciende bastante pendiente al fondo de un barranco donde veremos unas de las instalaciones más curiosas de la redolada.
La salina de Armillas (Km 35,1) no es una mina en un domo sino que es similar a los métodos de extracción de la costa marítima. Como en estas, llenan balsas poco profundas con aguas saladas y esperan a que se evaporen. El agua salada de esta salina mana sin profusión de un manantial salobre en el monte sobre la que se construyó. En una gran balsa se acumula el agua, hasta que, una vez que llegaban las altas temperaturas se distribuía por multitud de pequeñas balsas artificiales de poca profundidad y suelo empedrado. Podemos recorrer las instalaciones que son muy accesibles.
Es muy curioso ver la noria de elevación de agua que existe bajo una techumbre moderna y muy descuidada. Por alguna razón el agua salada ha conservado excelentemente esta madera, así como la de todos los canales de las instalaciones. Por el contrario, cualquier pieza, carretillo o elemento metálico sufre un desgaste brutal a causa de los iones salinos que convierten piezas de pocas décadas de antigüedad en esqueletos metálicos oscuros y quebradizos. Es posible contemplar balsas con agua y sal en el fondo y algunas estancias, máquinas diversas que sería mejor que explicaran en una visita guiada los que las han visto funcionar. Seguro que en el pueblo hay más de una persona que las conoce, porque estuvieron en funcionamiento hasta hace cuarenta años, según nos dijeron los lugareños.
Antiguamente la sal y su explotación pertenecía a la Corona, aunque ocasionalmente, los reyes la cedían a señores feudales, como en el caso de Armillas, que cobraban un impuesto por el consumo de la sal. A mitad del siglo XIX todavía consta que los manantiales de agua salada, que producen abundante sal, están administrados por las oficinas correspondientes que tiene el Gobierno en el pueblo. Madoz menciona como reciente el descubrimiento de la mina de plomo que hemos mencionando anteriormente.
Para ir a Armillas y comenzar el regreso habrá que subir de nuevo a la carretera y bajar un trecho. El pueblo queda muy cerca. Fíjese en la pista de tierra (Km 37,4) que hay justo a la derecha de la entrada en el caso urbano porque es la que tomaremos para volver.
De Armillas podemos destacar su iglesia de San Juan Bautista que está parcialmente hundida, ya que tras ser incendiada en las guerras carlistas se habilitó una sola nave, y la disposición de sus calles, que desembocan al monte en muchos casos, ya que el pueblo está en un cerro sin mucho desnivel, rodeado por el sur de lomas más altas.
El pueblo de Armillas está integrado ahora en el municipio de Vivel.
La pista de tierra que tomaremos para completar una vuelta con variante tiene unos seis kilómetros de longitud, y nos lleva tras suaves vaivenes hasta lo más alto de la carretera entre la Hoz de la Vieja y el cruce de Montalbán, Utrillas, etc. Por ello, tras este ligero paseo por camino nos queda una larga y aprovechada bajada hasta el pueblo de la Hoz de la Vieja. De este pueblo pintoresco hay muchas cosas para destacar, la más reciente de las cuales es un bonito museo del pan que no debe dejar de visitar en cuanto tenga ocasión.
Seguiremos por carretera al pueblo de Cortes de Aragón (Km 56,3) para tomar a poco más de un kilómetro el desvío al pueblo de Plou, con lo cual ya podemos tomar un camino para volver, dejando la carretera (que si bien por la cantidad de tráfico no es peligrosa, no deja de ser más sosa).
En Plou (Km 60) podemos tomar el camino que parte desde el pilón de San Roque, visible por encima de las eras. Pero en esta, tomaremos un camino que sale a la derecha del pueblo sin subir a las eras y que rodea todo ese cabezo tendiendo a girar a la izquierda y evitar el riachuelo de la localidad. En el kilómetro 62 encontramos un desvío importante que debemos tomar a la izquierda, y tras el cual, a unos 600 m. pasaremos junto a una balsa. En este punto seguiremos por el camino de la derecha. El que baja por el monte de la izquierda es que viene del camino de las eras, antes mencionado. Sin pérdida llegaremos al término del Hocinillo, un estrecho entre las montañas, tras el cual hay un desvío. Tomaremos el camino de la izquierda para llegar rápidamente a la balsa del Avellar (Km 64,2) donde seguiremos el camino recto, para llegar rápidamente a la carretera de Blesa a Muniesa (Km 65,3) y en un veloz descenso llegar a Blesa (Teruel) tras 68,7 Km y casi cuatro horas de tranquila pedalada.
Javier Lozano Allueva
Blesa - Segura - por la antigua vía del ferrocarril de Utrillas - Armillas - La Hoz de la Vieja - Plou - Blesa
Fácil con pendientes prolongadas. Ciclable
35 Km hasta la salina
36,4 Km hasta Armillas
68,7 Km a Blesa..
410 m aprox. (entre 770 y 1.180 m)
En bicicleta: 2 horas y 15 minutos hasta la salina. 4 horas en total
No señalizado. Servicio Geográfico del Ejército E: 1:50.000, Hoja de Moyuela 27-18 (466) y Hoja de Segura de los Baños 27-19 (492)
El track de la ruta está pendiente de hacer.