El Hospital
l viejo edificio del hospital de Blesa abre su puerta en un extremo del casco urbano, al final de la calle Baja. Hoy en día acusan sus paredes varios siglos de uso y aunque permance en pie está en mal estado y el tejado en ruinas. El único vestigio de su honorable uso original es el hecho de que aún hoy en día se le sigue llamando "el Hospital", aunque perdiese su función hace décadas o siglos. Para los que estén menos familiarizados con esta construcción y su función, empezaremos diciendo que no se trató nunca de un hospital sanitario de uso general, sino de uno con funciones entre las de albergue y de misericordia destinado a pobres, transeúntes o moribundos.
Hasta el siglo XIX no se llevaría a cabo cierta transformación en las infraestructuras hospitalarias. Los hospitales estaban destinados inicialmente a atender la enfermedad y la miseria de las clases bajas, como era costumbre desde el siglo XVI, siendo institucionalizados como beneficencia.(1)
Fachada del edificio del Hospital de Blesa. A su izquierda el antiguo Cuartel de la Guardia Civil.
Foto: F.J.L.A. (2002)
Buenas puertas, dan acceso a las estancias de la primera
planta.
Foto: F.J.L.A. (2003)
Gracias a las periódicas visitas pastorales, realizadas por el Arzobispado de Zaragoza a lo largo de los siglos en que Blesa perteneció a dicha diócesis, conservamos testimonios de su época de esplendor. Por las visitas con informes más extensos, como la elaborada en , averiguamos información sobre el singular edificio, su función y modo de operar.
"En atención a que se tomo para el Ospital, que tenía este pueblo cuando se hizo la nueba casa, dos años ha que habita el retor, tomo al mismo tiempo a su cargo la piedad de los fieles el fabricar en pocos meses como fabricó un Ospital tan capaz, que puede servir para la Capital de este Partido, siendo el que más se ha esmerado en la solicitud de esta fábrica dicho D. HermeRegildo [sic] Benedí. No tiene renta alguna; pero nada falta a los enfermos que en él se refugian, porque la Caridad de los Fieles los mantiene de un todo, y el Ospitalero y su mujer que en el avitan, les asisten o sirven con puntualidad sin que les falte la asistencia de Médico, Cirujano y medicinas; porque están estos en su conducción obligados a servir todos los enfermos del Ospital, y en lo espiritual les administra la Parroquia con todo lo que se ofrece. No hai en el día Administrador; porque no hai renta ni caudal alguno. La ropa y mueble que tiene vale como 64 lb, y se procurará aumentar con la solicitud de las limosnas. En este se refugian los Pobres Peregrinos, los que se sustentan con las limosnas, que recogen por el Pueblo".
Esta información es doblemente interesante, pues parece datar la construcción de la casa del cura (que es la misma que se derribó hace varias décadas en la parte trasera del ayuntamiento) que se terminaría en . Respecto a la vieja y nueva casa del rector, es absolutamente revelador el documento descubierto por José María Carreras en el Archivo de Protocolos Notariales de Montalbán,(2) donde el Arzobispado de Zaragoza concede permiso al Ayuntamiento y Administradores de la construcción de la iglesia, entonces en ampliación (), para derribar la casa rectoral, mejorar la entrada a la Iglesia y quitar las humedades que maltratan las capillas y altares, a cambio de construir "otra casa en el corral que está frente a la casa actual de la retoría por la puerta alta". Así pues, la antigua casa del retor estaría en la esquina que hoy ocupa la torre, de la cual, seguramente, el único resto es un fragmento de fachada con arcos aragoneses y el resto de un atlante.
El sentido de la frase inicial parece indicar que las obras del nuevo Hospital se empezarían simultáneamente, y se levantaría con la participación de los fieles y se terminó en pocos meses, no sabemos si el mismo año.
Otra pregunta que nos surge al leer este informe es adónde iban los peregrinos que pasaban por Blesa, pero por ahora no tenemos respuesta.
Aunque el hospital tenía como únicos ingresos lo que proporcionaban los feligreses y el trabajo de los profesionales contratados por el Ayuntamiento (conducidos), en el informe de la visita de 1785 detallan mejor su forma de operar y su mobiliario:
"Hay un Hospital de que es patrono el pueblo, nada tiene de renta fixa. Cuando ay algun enfermo se recoge limosna por el lugar por una persona nombrada para este fin por los Regidores. Hai dos camas con la ropa necesaria para ellas, lo que es también se ha dado de limosna. En el mismo ay un hombre y una mujer para servir a los enfermos y limpieza de la casa, y lo hace con mucho cuidado y caridad, sin tener estipendio alguno determinado. Se asiste a los enfermos con mucho cuidado y diligencia componiendo bien la comida, aplicando las medicinas que ordena el médico, y cirujano y assi los dichos como el boticario lo hacen todo de limosna: se les administran los sacramentos de la Parroquial cuando los necesitan con mucho cuidado y quando mueren se entierran de Limosna. No se dan cuentas porque todo se recoge diariamente, lo que necesitan y se gastan".(3)
Así pues, los concejales o alcaldes de aquellos años se encargaban de designar a un limosnero para recoger el óbolo. No parecen muchas dos camas para un edifico capaz de ser "cabecera de partido", pero seguramente otras estancias estaban acondicionadas como dormitorios sin dichos muebles. No olvidemos que las camas fueron durante casi toda la historia un pequeño lujo, y que muchos blesinos no dormían en ellas hasta que se casaban (incluso en la primera mitad del siglo XX). De los avatares diarios del hospital, poco más podemos saber, cómo afrontarían las epidemias que pudieran acontecer y la masificación y peligro de contagio que pudieran suponer, el índice de ocupación... La siguiente visita pastoral, de 1803, ofrece nuevos detalles que nos sorprenden, al mencionar la financiación del hospital mediante una labor tradicional que no teníamos documentada: el hilado de la seda.
Escalera al granero y tejado de cañizos y teja árabe.
Foto: F.J.L.A. (2003)
"Hospitales
En este lugar de Blesa no había Hospital para los pobres, y compadeciéndose de ellos Mn Hermenegildo Benedí, beneficiado de esta Yglesia hizo una casa por su cuenta en el barrio bajo a la entrada del lugar, para recibir en ella a los pobres, así sanos como enfermos y expositos, como se executa y otra casa inmediata a la misma para que vivan en ella los que cuidan a los enfermos. Ha puesto en ella las camas y mueble para los enfermos. Paga todos los gastos que ocurren en dicho Hospital, y cuando hay enfermo largo se hace limosna por el [folio 15 reverso] lugar para ayuda a los gastos que ocurran. Ha hecho en el corral de dicho Hospital un hilador de seda para poner tres tornos en donde se hila toda la seda que se coge en dicho lugar, sin estipendio alguno por el dicho sitio. Para que se mantenga dicho hospital y casa. El expresado ha hecho una renuncia irrevocable a todos sus bienes para después de sus días, assí muebles como sitios." (4)
Tradicionalmente, oímos hablar en Blesa sobre el hilado de la lana, labor que aún practicaban las mujeres más mayores a mitad del siglo XX. El nombre de la blesina calle de la Hilarza parece remitir a dicha actividad. Pero hasta ahora nada sabíamos del hilado de seda en nuestra localidad. Quizá se pusiera de moda en el XIX para alimentar industrias foráneas, pero seguramente no se trataría de una gran producción, y se usaría en el propio pueblo. El capítulo de Blesa poseía bastantes prendas de este tejido, según se desprende de las mismas visitas pastorales.
También merece nuestra atención la frase de que el Hospital estaba situado "en el barrio bajo a la entrada del lugar". Recordemos que en el mismo tramo de la calle Baja, junto a la puerta del antiguo Cuartel de la Guardia Civil, anexo al Hospital, hubo hace más de un siglo una puerta de las que cerrarían varias calles del pueblo. Hasta hace pocos años podíamos ver parte del arranque de la obra de la puerta entre el Hospital y la casa de enfrente, donde la calle es más estrecha. Esta casa conserva en su fachada, sobre la puerta, una cruz muy elaborada grabada en piedra.
Cruz labrada sobre la puerta de la casa que hay frente al Hospital.
Foto: F.J.L.A.(2000)
Por otra parte, los hechos relatados hablan de la bondad de mosén Hermenegildo, este sacerdote capaz de fundar y proteger tan gran hospital a base de generosidad propia y ajena. Verdaderamente sabemos bastantes datos de Mosén Hermenegildo Benedí,(5) natural de Huesa, nacido sobre 1730 y muerto en . Presbítero Beneficiado en la iglesia parroquial de Blesa, en la capellanía fundada por Ana Herrando en el Altar de Ntra. Sra. del Rosario, para parientes; rector en 1785; jubilado desde 1797. Era sobrino de mossén Pedro Niguiñaga, residiendo ambos en Blesa en 1755. Fue durante un periodo administrador de la cofradía de la Sangre de Cristo de Blesa y firma las cuentas de la Cofradía del Rosario entre 1757 y 1786, salvo alguna década intermedia en que las firma el Dr Martín Arruego, otro sacerdote. La visitas pastorales también contaban que:
“Tiene licencias absoluta de celebrar, confesar y predicar, dadas por el Iltmo. Sr. [Arzobispo] Añoa y confirmadas en todas las visitas; es muy aplicado al confesionario y pulpito y vive como buen sacerdote” (V.P. 1771). “Esta la administración de dicho caudal [de la fábrica de la parroquia] de dicho Dn. Hermenegildo Benedí Regente desde que fue nombrado para ello por el señor Retor, junta de Veintena y aprovado por el Iltmo. Señor Dn Francisco Añoa, y Busto Arzobispo de Zaragoza” (V.P. 1785).
El declive
Las últimas notas sobre el Hospital las leemos en la visita pastoral de 1849, posteriores a la ocupación napoleónica de Aragón (1808-1814) y a la primera guerra carlista (1833-1839) que afectaron a nuestra comarca, y que nos transmiten malas noticias, aunque no explican la causa:
"En la actualidad carece bienes, camas y todo lo necesario". (6)
¿Fue este el fin del hospital y la casa del hospitalero? Sabemos ahora que no, pues todavía figura el hospital en las visitas pastorales, y hemos hallado que a finales del XIX los blesinos le dejaban ayudas en sus testamentos. Por ejemplo, en enero de 1883 Antona Serrano y Nuez "Preguntada si dejaba alguna cosa a los establecimientos benéficos, contesta que al hospital civil de este pueblo de Blesa, deja dos sábanas de las de buen uso, que deja la testadora en su casa habitación".(7) Otro testador dejaba ese mismo año "40 pesetas al Hospital de este pueblo de Blesa".(8) El 23 de diciembre de 1882 Pedro José Allueva y Lou hacía testamento, dejaba cláusulas para celebrar las misas, y donación de 40 pesetas de la venta del cabezo en el término de Cuesta, al Hospital de este pueblo.(9)
No sabremos más salvo que hallemos nuevas fuentes, las visitas pastorales posteriores ya no lo volverán mencionar, aunque nuestra búsqueda entra ya de nuevo a depender de la memoria viva de los blesinos.
El hospital anterior
Es contradictoria la afirmación en la visita pastoral de 1803 de que "En este lugar de Blesa no había Hospital para los pobres". Da la impresión de que el que hoy se conoce no debió sustituir a otro anterior, o al menos, que no existiría en las décadas inmediatas al levantamiento del que se menciona en estas tres visitas apuntadas. No obstante hemos estudiado documentos de los siglos XVI al XVIII que hablan ya de un hospital.
El Archivo Municipal de Blesa conserva algunas fuentes documentales de gran interés; comprobaremos que existía un Hospital en Blesa al menos en , pocas décadas antes de levantar el nuevo hospital.
Una mención anterior nos remonta a . El testamento de un eclesiástico blesino, mosén Domingo Sesé, conservado en el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza, cita el Hospital en 1681,(10) al que dejaba dos sueldos de limosna. También sabemos que en tal año de 1681 había un hospitalero, y su nombre, porque se le menciona en las cuentas de la cofradía de la Sangre de Cristo, de Blesa, donde hay un apunte de 8 sueldos no satisfechos por "Joseph Royo Ospitalero, sus hijas y por una cera que mermó en el entierro de su mujer".(11)
Y dando un mayor salto hacia el pasado, en el Archivo Histórico Nacional se conserva un documento de 1505, donde un matrimonio blesino, Martín Royo y su mujer Anthona Murcia, hacen testamento: "Item legamos al espital del dito lugar de Blesa cada dotze dineros.".(12) También conservamos un testamento de 1585 donde dejan limosnas al hospital (suponemos que del lugar) y al de Zaragoza.(13) Con ello comprobamos que la existencia de hospital en Blesa, como en la práctica totalidad de localidades, se remonta hasta prácticamente la Edad Media.
No sabemos dónde se encontraba este hospital, pero sí conocemos parte de su contenido.
Los hospitaleros y los inventarios
Las Visitas Pastorales aportan multitud de datos, incluso relativos a la atención que se da a los enfermos. Pero también los pocos documentos blesinos conservados en el Archivo Municipal, nos han aportado detalles sobre el Hospital, mediante dos inventarios de la ropa del mismo, realizados con motivo del nombramiento del hospitalero. El primero data de 1748(14) y aporta interesantes detalles:
. Blesa
Inbentario de la ropa que tiene el ospital del lugar de Blesa. La que se encogo y entrego a Marco Bardají, vecino del lugar de Blesa, como a Pro[curad]or de dicho Ospital en dicho Lugar y en el día 4 de enero de 1748 y por el Señor Joseph LaLomba y Plou Alcalde de dicho Lugar, siendo en la forma y piezas siguientes:Por Ante mí Juan Navarro Se[creta]rio
Primeramente tiene dicho Ospital y se entregó a dicho Vardají, como a dicho Procurador:
una Banoba(15) blanca, + de lienço barehada y seis sábanas de lienço [...] las cinco sin pedaçar y la una pedaçada = más dos almuadas de lienço llenas de lana = más dos colchones, el uno bueno y otro mediado [nota intercalada:”un cobertor amarillo de cama confranga”] = mas dos mantas recias de cama, la una buena y la otra pedaçada =
Todo lo qual se entrego a dicho Procurador para que use de ello con qualquiera pobre enfermo que llegare a dicho ospital y no pudiere pasar adelante, sin que primero seniajorare(16) de su enfermedad.[nota posterior] La sobredicha ropa se rrecivio de poder de Marco Vardají en 30 de nobi[]e de 1752 y se entrego a Juan Ornaque el que se constituio Pro[curad]or de pobres y ospital dicho dia mes y año.
Como leemos, el Procurador del Hospital en 1748 fue Marco Bardají. No se dice que se traspasasen las ropas de un procurador anterior, lo que puede deberse a la falta de documentos de nuestro archivo, o a que las ropas se habían donado en ese año, aunque la omisión también puede ser accidental. Cuando se releva al Procurador de Pobres en 1752 queda constancia del saliente y del entrante, Juan Ornaque, el 30 de noviembre.
Como responsables, o patrones que nombran al procurador, aparecen los dos alcaldes de la localidad, ya que, como informaba la Visita de 1785, el patrono del mismo es el pueblo. Tras este celo sanitario, había seguramente mucha piedad religiosa, dado que todo el hospital, muebles y ropas se dieron de caridad, y de la misma forma la atienden los hospitaleros y funcionarios del lugar. También se advierte un interés por la salud pública cuando dice que los pobres enfermos (pobres de pobreza, se entiende) no pudiesen pasar sin primero señalar (o quizá mejorarse) de su enfermedad.
En cuanto a la ropa, comprobamos que era toda la necesaria para las dos camas que entonces había, y que seguirían siendo sus instalaciones durante la Visita de 1785. Quizá se encontrasen en las dos alcobas que se pueden ver aún hoy en día en las ruinas del edificio, en la primera planta.
Cuatro años más tarde del primer inventario de ropa, se vuelve a inscribir uno nuevo (que consta de las mismas piezas aunque más deterioradas), con motivo del relevo del Procurador, aunque entonces acontece un cambio de condiciones. Ya no está bajo la responsabilidad de un hombre, sino que un matrimonio (tal como se cita en las Visitas de 1771 y 1785) se hace cargo del mismo indefinidamente.(17)
En 30 de nobiembre de 1752 en presencia de los señores Miguel Arnal y Juan de Nuez, alcaldes y Balero Martín, regidor, se constituyeron Procuradores de Pobres del Ospital del lugar de Blessa Juan Ornaque y Juana María Sero, marido y muger y al presente nuncios de dicho lugar, la qual constitucion es por todo el tiempo que se mantubieren nuncios de dicho lugar, por lo qual se les entrego la ropa que dicho ospital al presente tiene, la que es en la forma y manera siguiente:
Prime[]te, cinco sabanas de lienzo buenas y otra pedacada. Mas una banoba de lienzo varehada ¿olestiada? Más un cobertor amarillo casi nuevo confranga. Mas dos mantas blancas de cama, la una mediada la otra mala. Mas dos colchones, el uno bueno, y el otro mediado. Más dos almuadas malicas con lana.
Todo lo qual se entregó a los dichos Ornaque y Sero a los que se les dara jabon quando aya que limpiar dicha ropa y a mas se les dara el dia o dias que lobraze el lugar otro par mas del que tiene en la Capitulación, y así se executó sin menudo de ma...o en cada un años.
Por ante mí, Juan Navarro.
Al fin conocemos el nombre de este posible primer matrimonio de hospitaleros, que como tales vivirían en la casa, lavarían la ropa y atenderían a los enfermos, como forma de vida generosa, elegida libremente por piedad. El sentido de "mientras se mantuviesen nuncios", parece remitir al significado aragonés de la palabra, que es el de alguacil, o alguacil de la curia eclesiástica.(18)
Dos alcobas en la gran sala de la primera planta del
hospital de Blesa, el posible emplazamiento de las dos únicas
camas del mismo.
Foto: F.J.L.A. (2003)