Con las campanadas del reloj de la torre de Blesa nos reuníamos en la Plaza Vieja; veteranos con palo y sombrero, y novatos con mapa y mochila "de dos días". Experiencia e ilusión se iban a unir en una entrañable jornada de romería.
Antes de partir
Las primeras fotos de grupo, los primeros abrazos y charradas después de tanto tiempo... iban dejando huella por el antiguo camino de la Val de Blesa. Recuerdos de viejas balsas con jóvenes blesinos y vestigios de antiguas fábricas, escoltaban unos "duros primeros pasos" hacia el alto "La Envista".
Historias de viejas toponimias, justificadas por "batallitas de nuestros abuelos", nos acompañaron próximos a la Cabrera hasta la Balsa del Avellar, Balsa del Hocinillo, de Plou, de... ¡¡Qué más da su nombre, si cada uno de ellos encierra una historia distinta, unas ilusiones diferentes... y todas ellas dignas de ser recordadas!!
¿Cómo serían los campos sembraos de mies? ¿Por dónde iría el pedregoso camino? ¿Cuán profundas serían las balsas ahora casi secas? Si hablasen las aliagas...
De camino
Tras algún pequeño repecho, apareció a lo lejos la silueta de Plou. Unos preparábamos ya el almuerzo (ignorantes de lo que nos esperaba) mientras otros lo que preparaban era la voz.
Plou nos esperaba serio, solo y silencioso. Pasos firmes que retumbaban por las calles y de pronto: la emoción...
"Ya venimos los de Blesa, a la Virgen de la Aliaga,
Con el niñico Jesús y la patrona Santa Ana"
Encuentro ancestral
Un silencio roto por nuestras impresionantes voces blesinas, buscando el lavadero del pueblo: lugar de descanso y repuesto. Intentando no perturbar las importantes y buenas costumbres, procedimos allí a aliviar nuestros estómagos con tortillas, bollos de sardinas, chocolate... y buen vino de bota!!
Convertidos en compañeros (del latín popular "companio" que significa "el que come su pan con") proseguimos nuestras andanzas entre asfalto y antiguos senderos, con las energías renovadas y las ilusiones frescas: ya quedaba poco para llegar a la Ermita de la Virgen de La Aliaga.
De nuevo secos campos, de nuevo viejas carrascas, de nuevo ahora silenciosos caminos... ¡Cuántas generaciones habréis visto pasar hacia la Aliaga! Seguro que nuestros pasos sonaron más débiles que en aquellos tiempos que fueron pero que ya no son, pero nuestros recuerdos llenos de cariño y admiración fueron impulso, gayata y sendero.
Cada uno con nuestras propias motivaciones fuimos acercándonos a la bajada del camino hacia Cortes. Ya se veía la ermita, y por alguna extraña razón (yo la llamo ilusión...) nuestro paso se iba acelerando. A las afueras del pueblo, el reencuentro con las gentes de Blesa que iban acudiendo en sus coches: abrazos, recuerdos y algún que otro... "¿¡Pero cuánto has crecido?!"
Y todo esto siendo sólo media mañana...
Después, todos juntos, convertidos en una "marea blesina" (como está de actualidad): procesión de Santa Ana hacia la Ermita, eucaristía y comida popular amenazada por grises nubes y amenizada por magníficas jotas y rondas.
Y como diría aquel... lo que no se han llevado los años ¡que no lo estropeen unas pocas nubes!
Y de nuevo para el pueblo, la tierra que siempre acoge y espera; con la mochila algo más vacía y con el corazón algo más grande:
...gracias compañeros por compartir algo más que pan y pasos,
...gracias tía por animarnos a "llevar a Santa Ana",
...gracias a las voces por llenar los silencios de recuerdos,
...gracias a los amigos por acompañar tantos y tan buenos momentos.
Y sobre todo, ¡¡gracias yayos por enseñarme a querer tanto a este pueblo!!
La comida de hermandad. (Clic para ampliar). Fotografías remitidas por Ana y David.
Hasta el año que viene, Virgen de la Aliaga.
Por Ana Lozano Góez y David Lasheras
Deprecated: Function utf8_decode() is deprecated in /var/www/vhosts/blesa.info/httpdocs/noticias/noticias.php on line 314