Sorprendidos por el gran número de útiles y máquinas y lo bien restaurado y documentado de las mismas, desde las menores a las mayores, manuales, de vapor... "Más de 50 piezas que suponen un recorrido por la historia del hombre a través de la agricultura, desde diferentes arados romanos de finales del siglo XVIII pasando por un tractor emblemático de 1914 hasta la más revolucionaria maquinaria contemporánea..." Las máquinas grandes de principios del XX son espectaculares, desde enormes tractores "Case" hasta pequeños y evocadores tractores "Ebro". Curiosas bombas elevadoras, arados para animales o para tractor, cultivadores, maquetas, primeras segadoras del XIX de McCormick. Y también fabricantes españoles, como las máquinas de Ajuria, del País Vasco, con miles de trilladoras vendidas, trillos de pedernal y de cilindros, además de las aventadoras que aún se pueden ver por Blesa (algunas de los años 30).
Y es que Ejea de los Caballeros, capital de las Cinco Villas, fue receptora, por sus grandes extensiones, de maquinaria extranjera en los albores de la mecanización. Y sus herreros supieron distribuir, reparar, y finalmente lanzarse a la fabricación de maquinaria propia. Son varias las marcas de fabricantes de maquinaria (como El León, Tenías, Maya) que tienen sus orígenes en estas tierras.
No es el único aspecto que enseñan en este gran centro, ya que Ejea ha vivido mucho tiempo esperando el agua para regar su extenso municipio y se estudian los factores de desarrollo ligado a ello en «Ejea de los Caballeros: ausencia y presencia de agua». Hay salas dedicadas al discurso de las tierras sin agua y las tierras regadas. Y a las implicaciones de esto en diferentes lugares del mundo. Está muy bien el apartado «El poder del agua», dedicado a la "privatización" de este recurso básico para la vida, recurso que en algunos lugares de la Tierra está siendo comprado, o secuestrado según se mire, por compañías comerciales distribuidoras que no favorecen el acceso a un agua limpia y libre como disfrutamos en España, donde si bebemos agua embotellada en lugar del grifo es porque queremos.
En definitiva, un exposición muy buena, una colección que transporta al pasado, calidad en la cartelería, en la multimedia (hay muchos folletos y catálogos antiguos digitalizados para consultar allí mismo), didáctica, que toca muchos aspectos del pasado de nuestros pueblos (incluyendo la carretería y la guarnicionería). Es mucho más que estas pocas fotos que compartimos de una de las máquinas más espectaculares. Y a un precio supereconómico para ir en familia. Y ya que se está en Ejea, hay mucho más que ver.
Más información: Museo Aquagraria