A iniciativa de los hermanos Sánchez Cucalón, el sábado 19 de julio, se congregaron entre veinte y treinta voluntarios para trabajar en la parte de la iglesia que ya no está normalmente accesible, el trasaltar y la antigua sacristía.
Los voluntarios cortaron los árboles (higueras) y plantas menos dañinas, que cubrían gran parte de los dos espacios. Sacaron carretillos de tierra y broza durante varias horas, que llenaron algunas remolcadas, ayudados por el tractor de Ignacio Salas. Gracias a todos ellos.
La antigua sacristía quedó hace años sin tejado, y ahora ha quedado como un espacio diáfano y con muros sólo exteriores. El espacio de trasaltar quedó sin tejado tras la destrucción de esa zona por el incendio provocado por los milicianos anarquistas al comienzo del verano de 1936. Un espacio perdido para la iglesia, cuando se levantó el muro actual y se acortó en un tramo.
Además de la necesaria limpieza para eliminar humedades, desembozar desagües, esto permite seguir a nuestro sacerdote con los planes de recuperación del espacio de la antigua sacristía para construir una nueva cubriendo de nuevo el espacio y levantando una nueva pared, para lo cual, en principio, no hay fondos asignados.