Tras tres años de guerra civil, de destrucción sistemática de vidas, movimientos forzados de población fuera de sus hogares, hacinamiento de refugiados, muchísimos españoles malvivían en un estado de penuria material y alimenticio. En las ciudades podía ser difícil la mera supervivencia y en los pueblos, donde se producían los alimentos se recogían y tasaban sus consumos y ventas.
Como narra la experta Isabel Jiménez: "Como consecuencia de estas circunstancias, el nivel sanitario del país disminuyó en tal magnitud que las enfermedades infecciosas alcanzaron un exagerado protagonismo en los años posteriores a la guerra civil, incrementándose su porcentaje entre las muertes totales durante los años 1939, 1940 y 1941, suponiendo respectivamente el 34,06; 35,36 y 36,38 por ciento de todas las muertes.” [...] “[...] se desarrollaron en el país enfermedades características de sociedades en crisis, haciéndose presentes brotes de viruela, difteria y tifus exantemático, los cuales ocuparon la atención de las autoridades sanitarias durante los primeros años del Nuevo Régimen. Como reconoció más tarde el Director General de Sanidad, José A. Palanca, en el otoño de 1939 tuvieron que actuar contra tres epidemias simultáneamente: viruela, difteria y tifus”.
Sin contradecir la afirmación previa, ya los movimientos y acumulaciones de tropas y milicianos de un lado a otro de España se encargó de extender epidemias por España. Tenemos documentado que ya solicitaban vacunas contra el tifus en Blesa en 1937, y sabemos que ya estaba presente la epidemia en 1939 en Zaragoza.
Dos años después de acaba la última guerra civil, en el segundo trimestre de 1941 debieron llegar a Blesa las vacunas contra dos de estas tres enfermedades que entonces se extendían. Entre marzo de 1938 y abril de 1941 no hemos encontrado pregones alusivos a la vacunación de personas. Pero sí partir de abril del 41, cuando hubo un pregón cada mes relativo a cada una de las tres enfermedades, que podían causar víctimas al sumarse a hambre, debilidad...
El 28/04/1941 se pregonaba en Blesa
"Que en cumplimiento de lo ordenado por el Excelentísimo Sr. Gobernador civil de la provincia y con el fin de evitar la propagación del Tifus, queda prohibida la mendicidad y todo el que dé limosna a cualquier clase de mendigos será castigado con la multa de 25 a 250 pesetas.
Siendo los piojos los principales propagadores del Tifus se ordena a toda persona que lleve piojos procure exterminarlos y para ello debe recurrir al Sr. Médico que le proporcione el medicamento necesario."
Como se ve no vacunaban contra el tifus, pero sí se quería evitar el movimiento de personas que mendigasen, alimento o trabajo.
En mayo de 1941 pregonaban en Blesa sobre la vacunación de la segunda epidemia:
"Que en virtud de órdenes superiores, desde mañana se procederá a la vacunación contra la viruela de todos los habitantes de este pueblo, por lo que los de las calles Baja e Hilarza acudirán de 4 a 6 a la Casa consistorial, sin excusa ni pretexto, y al que no acuda se le impondrá la multa que corresponda."
Y el 5 de junio pregonaban en Blesa para vacunarse contra la difteria:
"Que mañana de 4 a 6 de la tarde, se procederá a la vacunación contra la Difteria, de todos los niños de 1 a 4 años, por lo que se ordena que todos los niños que se encuentren en esa edad sean llevados al Ayuntamiento a la hora indicada. A los padres que no cumplan esta orden superior se les impondrá la multa de 50 pesetas."
¿Qué es el tifus?
El tifus exantemático epidémico
Se trata de una enfermedad infecciosa febril grave producida por la bacteria Rickettsia prowazekii que permanece en el hombre en los periodos entre epidemias y es transmitida por el piojo corporal (pediculus humanus corporis), el cual se infecta al alimentarse con la sangre de un enfermo en fase aguda. En circunstancias que hacen más fácil la proliferación de piojos, como no cambiarse de ropa, la falta de higiene y el hacinamiento, lo que es más frecuente en invierno, las guerras o los desastres naturales, el riesgo de padecer la enfermedad es mayor.
La enfermedad se inicia bruscamente con fiebre alta (39-40ºC), escalofríos, intenso dolor de cabeza, dolores articulares y musculares y falta de apetito. Pueden aparecer trastornos de la visión, mareos, tos seca, fotofobia, dolor abdominal, náuseas y diarrea o estreñimiento.
Al quinto día de la fiebre aparece una erupción cutánea que comienza en los pliegues axilares y de ahí se extiende al tronco y a las extremidades. Al principio son pequeñas manchas rosadas [...] y, en los casos más graves, acaban por ser hemorrágicas y confluyentes. Suele haber enrojecimiento de las conjuntivas y manifestaciones neurológicas que van desde el dolor de cabeza hasta la agitación, el delirio y el coma. También pueden aparecer trastornos circulatorios, aumento de la frecuencia cardiaca, descenso de tensión arterial, frialdad de dedos de manos y pies, etc. Puede incluso aparecer insuficiencia renal.
El tifus exantemático epidémico sin tratar dura entre 14 y 20 días y tiene una mortalidad elevada.
Voz “Tifus” en la Enciclopedia Universal Multimedia de Micronet
Cuando hubo epidemia en Zaragoza, en 1942 “especialmente durante los meses de marzo a julio, que dio lugar a un centenar de enfermos con una mortalidad del 30 por 100 de adultos no jóvenes sino de más de cuarenta años de edad... [Mariano Rabadán Pina, página 232]“
¿Qué es la difteria?
Se trata de una "enfermedad infecciosa aguda, epidémica, causada por la bacteria Corynebacterium diphtheriae. Las cepas virulentas de esta bacteria secretan una exotoxina llamada toxina diftérica o difterina, que es la causante de la enfermedad".
"La fuente de infección la constituyen los individuos enfermos o portadores de gérmenes. La enfermedad se transmite por vía aérea y, a veces, a través de partículas de polvo. La bacteria penetra en el organismo por la nariz, la tráquea, la conjuntiva, la piel, o superficies de heridas, y en los lugares de entrada se forman membranas de exudado fibrinoso con una gran cantidad de corinebacterias diftéricas y otros microorganismos. La exotoxina producida por la bacteria provoca necrosis e inflamación de las mucosas o de la piel. Al absorberse la toxina afecta a las células nerviosas, al miocardio y a los órganos parenquimatosos, manifestándose una intoxicación generalizada. La destrucción de células del corazón, del riñón y de otros órganos vitales conduce a la muerte del hospedador. Para el tratamiento de la difteria se emplean antibióticos".
A esas tres graves enfermedades se enfrentaban en España simultáneamente durante años, además de luchar contra otras que no se mencionan en este momento de 1942 que rescatamos del pasado en Aragón. Como para quejarnos hoy en día de una, en mitad de una época de paz, y con la posibilidad de vacunarnos en pocos meses. Para el lector interesado entre las interacciones entre política y sanidad en los tiempos de las dictaduras no tiene desperdicio el trabajo de Isabel Jiménez El tifus exantemático de la posguerra española (1939-1943). El uso de una enfermedad colectiva en la legitimación del «Nuevo Estado».
Archivos y bibliografía.
- Archivo Municipal de Blesa.
- Isabel Jiménez Lucena (1994), “El tifus exantemático de la posguerra española (1939-1943). El uso de una enfermedad colectiva en la legitimación del «Nuevo Estado»“ págs 188-189. URL https://ddd.uab.cat/pub/dynamis/02119536v14/02119536v14p185.pdf
- Mariano Rabadán Pina, (1984) “Evolución sanitaria de Zaragoza“. IFC. Zaragoza.
- Voces “Tifus” y "Difteria" en la Enciclopedia Universal Multimedia de Micronet 2003.