s conocida la costumbre antigua de enterrar a los feligreses de las propias parroquias en las iglesias, en combinación con un cementerio adosado a la misma. El ideal religioso que les llevaba a pensar que estar enterrados en un lugar sagrado, o lo más próximo a él, les acercaba a su morada eterna, mantuvo durante siglos los cementerios en el centro de los pueblos. La visión diaria de los mismos constituiría, sin duda, un recordatorio para sus habitantes de la brevedad del paso por la vida y de la necesidad de prepararse para la eterna que creían les esperaba.
El cementerio junto a la iglesia
Así lo fue también en Blesa. El edificio parroquial anterior al actual (recrecido en la segunda mitad del siglo XVIII) era más pequeño, y tenía su pequeño cementerio adosado. Poco podemos asegurar por ahora del solar de aquel cementerio,(1) aunque Víctor Poblador halló una mención del uso de aquel por parte del concejo de Blesa para sus reuniones a comienzos del siglo XVI.
"[...] el demandamyento de los jurados del dicho lugar de Blesa havya clamado convocado e aiustado en la forma acostumbrada el dicho concello para la ora e lugar donde los infrascriptos a concello starian plegados et aiustados et assi plegado e aiustado siquyere congregado el dicho concello en el cementeryo de sta Cruç yglesia parrochial del dicho lugar de Blesa en do, e segunt que otras begadas es acostumbrado plegarse e ajustarse el dicho concello por tales e semexantes actos e negocios [...]"(2)
Sabemos que la ampliación de aquel cementerio motivó un pleito en , una "demanda de Miguel Arnal y consortes, vecinos del lugar de Blesa, sobre que tenga efecto la resolución del Ayuntamiento de dicho lugar sobre el cierre de una calle al ejecutar las obras de un nuevo cementerio",(3) pleito que todavía no hemos analizado en profundidad, pero del que obtuvimos algunos datos de interés. Sabemos que recrecimiento del cementerio se hizo separado del primer y primitivo fosal adosado, pues el nuevo estaba "a espaldas de la iglesia, en un corral de la capellanía de María Valiente" donde "se formase segundo fosal tomando para su ampliación parte de una calle", "entre las que está el Mesón o Posada pública y Común" con la calle Baja.
El problema de espacio sagrado fue el que motivó esta ampliación: "Se ha cerrado segunda fosa o cementerio de mas anchura y capacidad que el primero que de tiempo ynmemorial ha tenido dicho lugar...". El primero resultaba angosto, "porque según resulta de el decreto que presenta por la visita de el año de 1734 se mandó, que mi parte destinase sitio para zementerio cerrado, con el motibo de que no le era competente el que usaba; y se cometian en el irreberencias; Y a mas de combencerlo... el zementerio actual... no admite ensanche ni dilatacion...". No sabemos qué clase de irreverencias se acometerían; quizá al realizar alguna fosa se desenterrasen antiguos enterramientos.
También conocemos gracias a este pleito las medidas de la ampliación del cementerio anexo a la iglesia "ocho pasos de ancho por veintisiete de longitud". No sabemos la equivalencia métrica de esta medida; si la suponemos de unos 70 cm equivaldría a 5,6 m por 19,6 m, unos 110 m cuadrados (pero si su longitud fuese 1,393 m o la milésima parte de una milla romana 1,480, se cuadriplicaría esta superficie). No parece mucha superficie, pero los contemporáneos indicaban que "puede darse sepultura a muchos más cadáveres de los que en el cementerio se entierran". ¿Y cómo puede ser que a su entender aún sobrase superficie? Pues porque enterrarse en el cementerio era de pobres, como atestiguan: "...por ser solo los de los más desvalidos y pobres de el pueblo, y sepultarse en la yglesia quantos al morir tienen algun caudal conque poder satisfacer su entierro".
En 1771 nos consta que el cementerio continuaba junto a la iglesia, como leemos en la correspondiente visita pastoral:
"Está contiguo a la Yglesia, bien murado, puertas nuebas con buena cerradura. En el no hai sepultura destinada para familia alguna."(4)
Hasta la visita pastoral de llegan las referencias al cementerio (aquí indica claramente que hay dos) y a su cerradura (extraña fijación): "Hay dos Cementerios juntos a la Iglesia, el uno a la mano derecha, y el otro a la izquierda con sus paredes altas, y las entradas tienen puertas firmes con conpetente cerradura."
Los enterramientos en la iglesia
Como hemos comprobado, el primitivo edificio parroquial ya era el lugar de reposo definitivo de muchos blesinos en .
Gracias a las visitas pastorales conservadas en el Archivo Diocesano de Zaragoza, conocemos detalles de los enterramientos en la iglesia actual. En 1771, el visitador escribe de ellos cuando trata sobre los ingresos para la fábrica (construcción) de la iglesia:
"...percibe la Yglesia de cada uno que se entierra dentro de ella, de los adultos 25 Rs y por mitad de los párbulos, pero son poquísimos los que se entierran dentro".(4)
No puedo determinar exactamente si se refiere a poquísimos enterramientos en general, o sólo a los párvulos. En otro apartado se explayan sobre el cementerio:
"Dentro de la iglesia se ha fabricado nuevamente a costa del Capítulo Eclesiástico un carnero o carnerario para poner en él los cadáveres de los individuos que se componen, que está en medio del crucero.
También hay dentro de la Yglesia una Cisterna, en la que se sepultan los parientes de M. Pascual Alfambra; es familia dilatadísima. Todos los de ella se niegan a pagar la jocalía. Se ignora el título, sólo por antigua costumbre".(5)
Restos humanos en un nicho de la cripta bajo el suelo de la iglesia de
Blesa.
Foto de Olga Royo.
En la visita de encontramos algún detalle más sobre los carnerarios en la iglesia.
"En la iglesia hay una cisterna o vaso para una familia y nada pagan a la fabrica de la iglesia. Hay dos carnerarios con sus nichos, el uno para todos los del lugar y el otro para los eclesiásticos".(6)
Quizá los solares del antiguo cementerio adosado quedaron bajo la nueva iglesia, que amplió el perímetro de la antigua y necesitaría una profunda cimentación para la elevada torre y nave central. Sabemos que esta ampliación absorbió la casa del vicario, de la quedó parte de la fachada detrás de la torre.(7) Lo que desconocemos es si se conservan en el subsuelo las antiguas tumbas del cementerio y la cisterna de los Alfambra. Sabemos por la visita pastoral de que la cisterna de la familia ya estaba llena. La cripta del carnerario que se descubrió hace varios años, durante la restauración, debió de ser la creada en la última mitad del XVIII.
El cementerio viejo
A lo largo del siglo XIX, los cementerios fueron saliendo del interior de las localidades obligados por la legislación y las medidas sanitarias. Así sería también en la localidad de Blesa, donde se halla a muy pocos minutos del pueblo en la entrada tradicional al mismo.
Los restos que podemos observar hoy en día (2003) no pueden causar peor impresión. No encontramos lápidas ni cruces. Todo él es una ruina, con nichos rotos y hundidos, tapias derruidas por el paso del tiempo y los excesos de la meteorología, sin puerta ni acceso, y restos humanos aflorando en algún punto. Claro que hablamos de una obra abandonada a la intemperie durante más de ciento veinte años. [Este cementerio fue desmantelado en ].
Fachada lateral del cementerio viejo, derrumbada tras abundantes
lluvias en 2002. Foto FJLA 2003.
En la visita pastoral de nuestro cementerio viejo junto a la carretera aparece en la historia:
"Hay cementerio fuera de la población, distando medio cuarto de hora escaso. Derechos de sepultura sólo se exigen a los que se entierran en los nichos, y en la capilla, pagando estos 80 rsv y estos 60, pero falta la autorización del Prelado para ello."
A buen seguro, dicho cementerio se levantó en las décadas previamente inmediatas. De ello tenemos una prueba en uno de esos datos que se incluyen dentro de un relato que el pintor blesino Salvador Gisbert publicó a finales del siglo XIX.
En la Replaceta antes citada, existía antiguamente un honsal o cementerio, que daba acceso a la antigua iglesia, y que al ampliarse el siglo pasado [el XVIII], y trasladarse a donde hoy está, quedó cerrado, sirviendo para enterrar hasta principios de este siglo [el XIX], en que se construyó el hoy viejo, ya fuera del pueblo.
S. Gisbert
Publicado en Heraldo de Teruel, nº 5, Teruel, . Biblioteca Pública de Teruel
Gisbert escribía esto en 1896 y comenta que el cementerio que se realizó a comienzos del siglo XIX ya se llamaba "viejo". Por tanto, se trata del que existía a la entrada del pueblo, como comentamos, y también informa de que en el año en que escribe ya existe otro, que no menciona y que es el "nuevo".
En julio de 2024 hemos leído nueva documentación histórica, del ADZ, donde una carta de , data el año preciso en que se hizo el cementerio viejo.
La carretera de María al confín de la Provincia ocupó parte del cementerio que la iglesia construyó en las afueras en : lo autorice después de consultas al Prelado.
Este cementerio a las afueras hubo de soportar la mortandad habitual de una población creciente, además de las que hubiese por las guerras civiles del siglo XIX, pandemias como la de cólera (las tres primeras fueron del 1833-34, 1553-1855, 1866). Para darnos cuenta de la "presión" sobre el mismo podemos dar los datos de fallecidos en sus últimos años. En 1868 se enterrarían 50 personas, en 1869: 68, en 1870: 76, en 1871: 82, en 1872: 44... en 1883:49.(13)
El final del cementerio viejo fue una sucesión de irreverencias y de problemas para el pueblo y la parroquia, que sufrieron en las primeras décadas del siglo XX. "Las cercas estaban medianas y los nichos sin tejado en su mayoría; años atrás entraban por yerba y hasta llegue a ver pastando los toros del alcalde."
Pero aún se agravó más cuando se realizó 1924 la carretera a María a la estación de Muniesa.
A los ojos actuales el "cementerio viejo" se nos antoja bastante pequeño (es un trapecio bastante irregular, cuyas bases miden 22 m en el fondo y 8,40 m en la entrada, y los lados 29 aproximadamente), y sólo hay restos de nichos en la pared del fondo. Quizá unos 400 m cuadrados para una población tan grande como la de Blesa, que alcanzaba las 1.275 personas en ese mismo año, según la misma visita pastoral. Dadas las epidemias que asolaban España cada pocas décadas, y Teruel en particular, no parece que existiesen suficientes nichos ni suelo.
Una pequeña capilla que no ha dejado huella
La misma visita pastoral de nos informa de que en Blesa "No hay ermitas, ni oratorios públicos ni privados, y sólo una pequeña capilla en el Cementerio". En otro documento que hallamos en el Archivo Diocesano, de 1854, añaden el detalle de que está "en el centro de su cementerio".(8)
Ahora bien, parece haber cierta contradicción respecto al tamaño de la capilla: la misma visita de 1849 y el documento nos dicen que es pequeña, pero ésta admite enterramientos por los que cobran. Esta capilla sugiere más preguntas: ¿En qué centro estaba situada, porque huellas no quedan, ni en el centro geométrico del solar, ni en sus paredes largas? En uno de los lados cortos están los nichos, así que sólo queda el otro, donde necesariamente debería ser pequeña, pues sólo mide 8,40 m y debía dejar sitio a la puerta del cementerio.
Y por otro lado ¿fue esta vieja capilla la que dio al paraje el nombre del "Santocristo"? Es posible, pero no hay que olvidar que el primero los pilones del viacrucis tiene una capilla que no sabemos a quién estaría dedicada. Aunque sabemos que los pilones del Viacrucis son posteriores, de 1916,(9) también tenemos constancia documental de que a mitad del siglo XIX, el cerro a cuyos pies está el cementerio se llamaba "el Calvario" que "Linda con el cementerio",(10) por lo que el uso religioso de tal monte puede ser al menos tan antiguo como el cementerio.
Otra pregunta sin resolver completamente, es en qué momento se construyó el actual cementerio en la cima del monte que hay frente al pueblo y junto a las ruinas de la ermita del Pilar.
Perforación en el suelo bajo el crucero por el que se pudo acceder
a la cripta con nichos, durante la última restauración.
Foto de Olga Royo.
El cementerio nuevo
Todavía no hemos encontrado la partida de nacimiento del cementerio, (perdonen la ironía), pero si estudiamos las fechas de las lápidas y cruces de los allí enterrados (un registro incompleto ya que faltan muchas de ellas y algunos nichos fueron reutilizados), las tumbas más antiguas son las de los nichos en la pared del fondo. De ellas, tres datan de 1885, la más antigua del y tres más de agosto. Ese año coincide con una de las recurrentes epidemias de cólera, que sabemos afectó despiadadamente al pueblo de Blesa. ¿Fue aquella oleada de decenas de defunciones la que propició el levantamiento del cementerio y el comienzo de las obras de la ermita del Pilar? Hemos podido contrastar datos de las defunciones por la epidemia, y aunque coincide el año, sabemos por las noticias de prensa que la ermita comenzó a levantarse en febrero de 1885,(11) mientras que la epidemia fue en agosto.
Es posible que algunas de las tumbas del cementerio viejo se trasladasen a este, así nos lo contaron en un caso, pero las tumbas no parecen encontrarse ya entre los nichos donde nos indicaron. Quizá los cuerpos exhumados del viejo se enterraron directamente en el osario o fosa común del nuevo (si existía). Podemos hacernos una idea del proceso de cambio de cementerio en el cercano pueblo de Letux, donde gracias a Miguel Plou, sabemos cómo y cuándo ocurrió y el traslado de los restos.(12)
En cualquier caso, aunque no fuese la epidemia la motivadora de la creación de un nuevo cementerio parece razonable que ambos edificios aprovecharan el mismo impulso constructor, pero habremos de seguir investigándolo.
Cementerio nuevo y vista de la parte de atrás
de las ruinas de la ermita del Pilar. Foto de F.J.L.A. (2002)
Actualización (junio 2024)
Al fin hemos dado con un fondo [ADZ.S.G.] que data el fin del cementerio viejo a pie de carretera y la construcción del actual campo santo en lo alto de la colina junto a la ermita. En una carta fechada en Blesa el de mosén Melitón Beltrán al Arzobispado consta este testimonio:
En atenta comunicación, me participa esta Alcaldía, el acuerdo del Ayuntamiento de exhumar los restos del cementerio antiguo, clausurado en , y aprovechar los terrenos en beneficio del común, vendiéndolos al mejor postor; interesándome solicite de V.E. la autorización correspondiente a la autoridad eclesiástica, según de palabra les había prevenido.
El estado deplorable de su cerramiento, abandono de sus nichos y el estar próximo a la población, aconsejan, Excmo Sr. esta medida: por lo cual, uno mi ruego al de este municipio, en solicitud de la conveniente autorización para llevar a cabo lo proyectado.
Pero no debió quedar todo resuelto en ese año porque una carta posterior desde la iglesia parroquial de Blesa al Sr.Arzobispo de Zaragoza, el 3 de junio de 1918, denuncia de nuevo el estado del cementerio viejo:
Venerable Prelado: Hace ya una temporada que, algunos feligreses que tienen enterrados en el cementerio viejo, propiedad de la Parroquia, sus antepasados, me denuncian hechos lamentables, como el de pastar bueyes en él, estar al descubierto uno de los féretros de los treinta y tanto nichos que todavía se conservan etc, etc; algunos, entre ellos el exdiputado Sr. Forniés, tienen allí sus padres, y guardan el contrato hecho por el párroco de nicho a perpetuidad.
El cura, Excmo Sr., no puede hacer otra cosa que lamentar estos excesos: a poco de venir yo aquí cuidé de poner a V. E. al corriente de lo que ¿sucedia? y de lo que los fieles y el Ayuntamiento deseaba; pero lo que entonces, Excelentísimo Señor, pudiera haberse hecho, hoy no sería tan fácil; no debieron entender bien la contestación de V.E; además la composición del Ayuntamiento es otra; y el cura que tiene que poner a contribución su prudencia y tino, para que la simpatía personal supla a la ministerial, que no admiten desde antiguo algunos de los que intervienen la cosa pública, no cree prudente ir en denuncias y quejas, que le mermarían la prima con perjuicio de la segunda.
V. E. Ilma. en su superior criterio juzgará lo más oportuno y procedente; si el culto hubiese tenido algo, cerrando el portillo abierto hubiese evitado la entrada de caballerías, etc; el ¿cortenimiento? de los nichos costaría más.
humilde capellán que b.su. p.a El cura de Blesa.