Como introducción, aclaran los especialistas Calvo Ruata y Lozano López sobre estos escenarios:
"Como ocurre con el resto de la arquitectura efímera, y aunque su origen parece remontarse a las ceremonias paralitúrgicas bajomedievales relacionadas con la Pasión de Cristo, los monumentos alcanzaron su máximo desarrollo durante el barroco, debido al reforzamiento que el misterio eucarístico experimentó a raíz del Concilio de Trento y al consiguiente auge de las festividades del Jueves Santo y del Corpus Christi. No obstante, como veremos, escasos ejemplares han llegado hasta nosotros —y casi todos ellos en deficiente estado—, bien debido a la fragilidad de los materiales y a la manipulación a que periódicamente eran sometidos, bien como consecuencia de su sustitución por otros nuevos adaptados al gusto de los tiempos"
Para intuir cómo pudo ser este monumento de quita y pon para el ritual religioso que hubo en Blesa, que mejor que saber sobre un monumento realizado por estos artistas para otros pueblos. Reproducimos aquí lo que el profesor Fabián Mañas escribió sobre el monumento de San Martín del Río y sus autores, en 2000 en la revista "Xiloca". Insertamos en el texto las fotografías que tomé el pasado jueves (gracias a la señora Joaquina que fue muy amable y me abrió y acompañó a la iglesia), y donde se puede apreciar el gran volumen y profundidad del montaje (una gran habitación elevada, con escaleras, decorado por dentro y por fuera), incluso el suelo de madera... Todas las zonas al alcance de la vista de los fieles estaban pintadas:
MONUMENTO DEL JUEVES SANTO. IGLESIA PARROQUIAL DE SAN MARTÍN DEL RÍO
Del monumento de la iglesia de San Martín del río Jiloca existe un proyecto en el que se muestra un bastidor pintado al fondo y colocado tras el altar; sobre éste se representa la urna con el sagrario; una escalinata para subir a ese punto y un templete de corte gótico sobre la urna.
Aspecto general del monumento, con el altar del mismo (no el habitual de la
iglesia) al frente. Fotos F.J.L.A.
El monumento se conserva en San Martín del Río y se coloca cada año, delante del retablo mayor, para los actos religiosos del jueves al sábado santo. Este monumento se construyó en 1881. Una inscripción que hay en el reverso de uno de los bastidores dice: “Se hizo este Monumento siendo Cura Párroco de esta Iglesia el Presbítero D. Rafael Cabeza, año 1881. Por Santiago González y Salvador Gisbert".
Última cena en la parte alta del monumento. Detalle del lateral con
un moisés y una venta gótica, además de un supuesto soldado
romano guardando el sepulcro.
En el monumento pueden distinguirse dos partes: el altar-sepulcro y el templete monumento. El monumento se coloca en el presbiterio y delante de él se pone un altar para la celebración, que también parece simular el sepulcro de Cristo, ya que en el frontis del mismo, entre dos ángeles lacrimosos se lee: “Et posuerunt eum in monumento exciso in quo nondum quisquam positus fuerat”.
El monumento propiamente dicho consta de una serie de bastidores de unos seis o siete metros de alto que, unidos entre sí, forman un espacio rectangular de unos cuatro metros de ancho por dos de fondo; todos ellos están pintados con figuras del Antiguo Testamento y la Santa Cena. Tras el altar-sepulcro hay una escalinata de unos dos metros de ancha y siete escalones por la que se asciende al interior del templete, a través de un arco apuntado y lobulado, con dos ángeles en las albanegas; y sobre el arco, en el frontón, la escena de la Santa Cena. A los lados del arco y el cuadro, bajo doseles de estilo neogótico también, aparecen las figuras de Moisés con las tablas de la ley, a la izquierda, y David, con el arpa, a la derecha. Sobre los doseles, y por encima del frontón, dos ángeles arrodillados en actitud orante. Los bastidores laterales tienen bellas ventanas con decoración gótica y dos figuras pintadas en grisalla, imitando esculturas clásicas de mármol en hornacinas con arco apuntado; a la izquierda está Daniel sobre el león y a la derecha, Jacob con la escala. En la parte más externa pueden verse dos grandes florones llameantes y dos soldados romanos, uno a cada lado.
Altar en el interior del templete y lado derecho con otra ventana gótica
y figuras simulando estatuas.
Interior del templete con figuras en color a ambos lados del la representación
del espíritu santo y estatuas de profetas.
El interior del monumento tiene pintado el panel del fondo imitando un templo con cubierta gótica en el arco central; a los lados, dos arcos apuntados cobijan las figuras Isaías con la sierra, a la izquierda, y Jeremías con el libro, a la derecha; entre los tres arcos hay otras dos figuras bajo doseles: Zacarías con el incensario, a la izquierda, y Abdías con los panes y el jarrón, a la derecha.
En el centro de este espacio se coloca una urna dorada para cobijar el Santo Sacramento sobre otro altar en cuyo frente aparece la cruz entre dos ángeles pintados de oro. En la parte alta, una especie de palio morado con una gran cruz cubre el arca sagrada: también se ve en la parte alta un ángel que, colgado de la bóveda de la iglesia, muestra la Santa Faz.
A la izquierda, urna-sagrario, con el interior tachonado de estrellas.
A la derecha, figura pintada, plana de un soldado romano.
Es un gran monumento de tipo neogótico, con un rico colorido, digno de ser conservado y estudiado más detenidamente.
Para saber más:
CALVO RUATA, José Ignacio; LOZANO LÓPEZ, Juan Carlos (2004) "LOS MONUMENTOS DE SEMANA SANTA EN ARAGÓN (SIGLOS XVII-XVIII)" Artigrama, núm. 19, 2004, pág. 95-137.
http://www.unizar.es/artigrama/pdf/19/2monografico/03.pdf
MAÑAS BALLESTÍN, Fabián (2000) "Santiago González, artista polifacético..." Noviembre 2000. Revista XILOCA, nº 26 Centro de Estudios del Jiloca.