Calurosa acogida del documental "Lejos de la orilla", de Javier Sanz

Media hora antes del inicio de la proyección todas las sillas estaban ocupadas, y tampoco cabía más gente en los laterales de la sala. En ese momento se anunció que la proyección se repetiría el domingo 3 a mediodía, con el fin de que pudieran verla todos los que no cabían.

El documental, brevemente presentado por el mismo director, causó una honda impresión en los espectadores. Algunos a duras penas podían reprimir las lágrimas. Belén Montesa nos cuenta: "he conseguido aguantar allí, pero en cuanto he llegado a casa me he echado a llorar." La franqueza en la exposición de los sentimientos de los personajes, unida a lo impresionante de la desolación de los escenarios en los que está rodado el documental, te hacen sentir parte del drama que cuentan en primera persona cuatro inmigrantes, cada uno desde su experiencia más íntima.

En el breve coloquio que tuvo lugar al finalizar cada una de las proyecciones, el director explicó que el fin del documental es hacernos sentir y comprender que detrás de cada inmigrante que vemos (a menudo con aprensión o recelo) en las calles de Zaragoza (y muchas otras ciudades y pueblos europeos), se oculta la durísima experiencia de un ser humano con anhelos, sentimientos y pasiones como las nuestras.