Un par de sencillos carteles avisan en lo alto de la carretera entre La Hoz de la Vieja y Montalbán del acceso a un camino hacia el eufónico nombre de Cantalobos. Y gracias a la recomendación de unos amigos allí nos encaminamos una tarde. Cuatro montes más allá de la carretera, cuando parece que has retrocedido 150 años en lugar de avanzar cuatro kilómetros, llegas a un mirador sobre un valle de aspecto primario, primigenio, rodeado de altas cimas y barrancos, de color rojizo pétreo, donde los campos de cereales son teselas de colores, y la masía del fondo tiene el evocador nombre de mas del hambre.
Foto A. Cirujeda
Esta es una muestra, pero toda la ladera es así, con una increible estética mediterránea, ibera, digna de pasearse.
Foto A. Cirujeda
De la ficha de la web sobre Cantalobos extraigo estos párrafos.
[...] un interesante enclave desde el punto de vista etnológico debido, fundamentalmente, a las construcciones realizadas con la técnica de la piedra seca, en los siglos XVII y XVIII. Son casillas de gran calidad técnica y estética, pues resulta sorprendente la armonía de éstas con respecto a la aridez del paisaje que las rodea. En los últimos años se ha llevado a cabo un proceso de recuperación y conservación, haciendo de Cantalobos un enriquecedor lugar por conocer.
[...] Podremos observar el contraste geográfico entre el verdor del valle del río Martín y la aridez que caracteriza el paraje al que nos dirigimos.
[...] Una vez en Cantalobos, desde el Mirador ubicaremos los puntos interesantes por conocer, de modo que sólo queda que pasear a nuestro gusto. [...]