La Institución Fernando el Católico acaba de publicar un libro que puede ser de nuestro interés, por la gran cantidad de información que indexa de un fondo de dispensas matrimoniales, en el Archivo Diocesano de Zaragoza.
En "Dispensas matrimoniales de la Diócesis de Zaragoza, siglos XV al XIX" los autores, Francisco José ALFARO PÉREZ y Juan Ramón ROYO GARCÍA, catalogan casi 22.000 dispensas.
De Blesa hay 129 fichas, de Huesa hay casi dos páginas, de Muniesa hay casi cuatro páginas, además de las referencias sueltas en las que aparezca como segunda localidad.
Para quienes no sepan sobre las dispensas, podemos resumir que, hasta los primitivos se dieron cuenta (por las malas experiencias) de los inconvenientes genéticos de la consanguinidad en las uniones de pareja, de cara a la reproducción, que no ayudaba a tener descendientes más sanos. Durante milenios la población mundial fue pequeña o vivía en ámbitos con pocos candidatos para formar familia, así que los matrimonios entre primos eran comunes. Completamente al margen queda el tabú del incesto, que todas las culturas reconocen como claramente dañino (aunque se diese su uso entre grupos que querían retener el poder como algunos faraones), para el resto de uniones menos consanguíneas, la cultura judeo-cristiana occidental plasmó tal conocimiento en una regla religiosa, y luego la Iglesia administró los permisos para que no hubiese uniones entre parientes "demasiado" próximos, teniendo derecho a dar el impedimento entre los contrayentes o en un segundo nivel valorar los que eran un obstáculo para que se celebrase el matrimonio pero que, en caso de que se hubiese celebrado sin permiso previo, tampoco era tan grave como para considerarlo válido e indisoluble.
Lo han publicado directamente en la versión digital https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/37/11/_ebook.pdf y es estupendo para poder buscar en él.
Según los autores sirve para investigar diversas "temáticas aragonesas como la morisca, la demográfica –consanguinidad, endogamia, etc.–, el surgimiento y declive de redes y fratrías, estudios antropológicos y culturales, biografías, genealogías o estrategias familiares..."
Si se quiere hacer algo de genealogía en aquellos siglos será útil. Si se quiere saber qué familiares comunes tenían Pedro Lou y Ana de Nuez, que piden dispensa en 1646 para su casamiento, o Miguel Royo con María Serrano en 1682, habrá que ir al archivo a estudiarlo. No solo podemos buscar las dispensas de nuestras propias localidades; si tenemos un apellido no tan común podemos rastrear su uso u origen en localidades próximas, como por ejemplo si somos parientes de Jorge Nebra y Josefa Garcés, que querían emparentar en Alcaine en 1669, o por qué Joaquín Belenguer y María Ayete de Huesa del Común la necesitaron en un más reciente 1801.
Otra cosa será tener tiempo para ir al archivo, en el horario en que abre, a obtener información de sus dispensas.