¡Anda! La ley de memoria histórica en Blesa

más del 20% del contenido de X lo determinan bots, algoritmos que “deciden qué voces silenciar y amplificar”. “Empezamos a ver, y se hará cada vez más grande, cómo las decisiones de los algoritmos moldean política, cultura y sociedad” tuitear

Desde el Senado se nos ha escrito a Blesa (como a otras mil localidades). [Ampliación de la noticia]

Pilón de la Burilla en Blesa (Teruel)

Por el Diario de Teruel y nuestro colega de la Voz de Alcaine, José Manuel Bespín, nos enteramos de que la Ley de Memoria Histórica ha puesto los ojos sobre nuestra localidad (como en otros cientos). Ciertamente que en Blesa no quedan nombres de plazas o calles de aquellos con los que se homenajeaban a los vencedores del bando que fuese, un típico fruto de la época.

Pero mirando ya muy a fondo, más allá del callejero, es cierto que sigue en pie, aunque ignorado y "despolitizado" de su función original, el pilón de la Burilla.

Quizá algunos blesinos o descendientes ya no lo sepan pero "el pilón de la Burilla no tenía un origen religioso, se levantó en conmemoración de la entrada en el pueblo de las tropas alzadas contra la II República, el 9 de marzo de 1938. Es un simple pilar de piedra sin cantear, forrado de yeso del lugar.[...] En fotos más antiguas el remate piramidal se abría en la parte superior alojando una esfera de obra. En la cara que mira al Este, hacia el pueblo, se aprecian huellas de haber tenido varias baldosas incrustadas. Tiene una altura de unos tres metros y treinta centímetros, dos cuerpos de sección cuadrada, de 80 por 72 cm, la inferior. Se levantó, según me han dicho, el 9 de marzo de 1939, y a él se acudió en procesión durante varios años para celebrar el aniversario."

Un poco más tarde fue. Se conserva la fecha y el acta de cuándo se decidió levantarlo: "El 16 de julio de 1939 se acuerda la construcción de un pilón en el monte de la Burilla, en conmemoración del lugar por el que entraron las fuerzas nacionales el día de la toma de Blesa".

A partir de entonces, el 9 de marzo de cada año se celebró la fiesta de la liberación del pueblo, "...con gran esplendor", según aparece en el acta de sesión municipal de 25 de febrero de 1940.

Las baldosas donde en su día figuró el yugo y las flechas de la FET y de las JONS, y debajo "9 de marzo de 1938, II año triunfal" hace décadas que se perdieron y nadie las repuso. Su función original se perdió y ningún nostálgico soldado italiano fascista de la CTV (que fueron los que tomaron Blesa el mismo día de 1938) viene a Blesa a ver el peirón. Ni se conmemora tal día ni en realidad se utiliza ya este pilón blesino para nada, como es lógico.

Pero claro, no para todas las personas es aquella columna algo impersonal. Fue una exaltación del golpe de estado y la guerra, y además para trabajar en su construcción utilizaron a los "rojos" que habían regresado a Blesa. Al acabar la guerra se les obligó a subir las piedras desde Valdoria para su construcción, como castigo físico y moral, escarmiento, escarnio... entre ellas mujeres, cuyas hijos e hijas aún viven y lo recuerdan.

Como decimos, el peirón de la Burilla figura entre los "monumentos" levantados por razones políticas en aquellas décadas. Solo aparecen en el listado de España dos localidades de Teruel, una calle en Cantavieja y el pilón de Blesa. Una comisión del Senado de España se ha tomado la molestia de escribir a todos los pueblos y ciudades (casi un millar) donde quedan calles, puentes, plazas, monumentos... ligados a homenajear o recordar los hechos de las victorias que llevaron a los alzados a conquistar el poder.

Y el pasado febrero llegó esta petición al Ayuntamiento, pidiendo datos sobre un pilón de piedra y cemento [sic, yeso], en el monte, dedicado a la toma del pueblo por los franquistas en la Burilla. "Solicito del ayuntamiento de Blesa (Teruel Aragón) copia de las actas de acuerdos del pleno u órganos de Gobierno competente, en los cuales se aprueba la retirada de este símbolo o elemento para cumplir así con la ley 52/2007", porque podría estar incumpliendo la ley.

Así que el pasado marzo se comentó en el Ayuntamiento de Blesa el tema del informe que solicitaba el Senado y se acordó el pasado 18 de marzo, previa deliberación, por voto favorable de todos los asistentes adoptar el siguiente acuerdo:

Aprobar la retirada del símbolo mencionado, sito en el monte Burilla, ubicado en el pilón que se indica, tal y como se aprecia en las fotos que se adjuntan, para dar cumplimiento a la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura.

Pilón de la Burilla, Blesa (Teruel) en 2005

Queda claro, la placa ya no está. ¿Se podría "re-significar" y dedicar a otro motivo (a la necesidad de paz, de concordia, de diálogo), como me indicaba un amigo recientemente?

Reflexión

Sí, hay localidades donde aún se mantienen nombres de calles o monumentos que se crearon para enaltecer a personas que provocaron la guerra civil, algunos que fueron asesinos de masas, normalmente altos mandos militares responsables de la guerra misma, o a un revolucionario de derechas de los que crispaban a la sociedad y tenían al fascismo italiano y su forma violenta de conseguir el poder como modelo, o fechas significadas entre las victorias conseguidas por el bando ganador, placas de homenaje...

Era habitual en aquel escenario de totalitarismos de todo signo, fueron muchas las localidades de toda España donde las calles y plazas cambiaban de nombre al ritmo de los cambios de bando. Y si ganaba un bando, "algo" pasaba a ser la avenida del Generalísimo, si ganaban otros era el hotel camarada Stalin, y si hubiesen ganado otros hubiese habido una calle Bakunin.

Lo que no era tan normal ni sano es que más de 80 años después del final de aquella última guerra civil, y más de 45 años después de terminar el régimen cleptocrático y clientelar que salió de ella, más católico que cristiano, hubiese tanta simbología aún presente. Hay miles de personas, millones que nacieron ya en democracia, que ya no distinguen entre un militar de un bando o de otro, que no saben ni en qué años ocurrieron aquellas masacres. Pero fruto de la guerra de exterminio que lanzaron algunos militares africanistas, falangistas y gente que se radicalizaba en general contra pobres también radicalizados, quedaban en España miles de almas doloridas por sus víctimas asesinadas. Como se tardó tanto en preocuparse de restaurar el honor de muchos inocentes que habían sido asesinados durante los primeros años de guerra y del régimen franquista, porque reconocer su inocencia era aún remarcar una culpa gigantesca que algunos no querían que les pesase sobre sus conciencias o sobre la de sus padres, ha quedado un poso de que hay que terminar con una especie de catarsis con todos símbolos victoriosos de aquella guerra.

Es otro final más de aquella guerra, que se ha demorado mucho, porque aquel pasado incómodo se explicaba poco; que yo soy aún de los jóvenes a los no nos dejaron estudiar en colegios ni institutos la guerra civil española, de la que tanto había y hay que aprender (nunca daba el curso escolar para llegar a esas décadas).

Fuentes