En recuerdo de María y Bernardo, y cómo se animó el Año Nuevo en Blesa

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Reproducimos esta carta, de parte de Marisa y Juan, en recuerdo de María y Bernardo.

Una tarde, que posiblemente era por el año 1993 fui por primera vez a vuestra casa con la tía Ángeles (suegra de Pilarín), y esa misma tarde empezamos a tener amistad, tan grande fue que erais unos más en casa, sobre todo en fechas de Navidad... No recuerdo bien si fue ese mismo año o al siguiente (1994) cuando pasasteis la primera Nochevieja con nosotros; estaban nuestros hijos, Ismael, Almudena, Erika, mi nuera Isabel y mi yerno Manuel, que entonces eran novios.

Después de cenar nos fuimos todos a la plaza del pueblo (la Plaza Vieja) para tomar las uvas con las doce campanadas de la torre, que por cierto nevaba, (caían copitos de nieve) con nuestras bolsas de serpentines, trompetas, cintas, caretas, todos llenos de alegría; allí esperando el Año Nuevo, abrimos el champagne. Había personas en el bar que seguramente cenarían allí, les dijimos que bajaran pero no lo hicieron; claro eso lo veían raro, el tomar las uvas allí y con el frío que hacía.

Nosotros seguimos con nuestra alegría y cuando nos cansamos nos fuimos otra vez a casa a seguir la juerga... Al otro día fue muy comentado en el pueblo... Bernardo y María han estado tomando las uvas en la plaza con Marisa, Juan y la familia; era todo una novedad, era normal, eso no se había visto nunca y menos con vosotros.

Al año siguiente repetimos otra vez, pero ya se agregaron algunas personas que también acudían a la plaza con su botella de champagne... Otros años cenamos en "La Labranza" con más personas del pueblo, algunas ya fallecidas, que desde aquí también tenemos en nuestro recuerdo.

Mi hijo Ismael y mi nuera Isabel recuerdan mucho esas tertulias con vosotros en vuestra casa, que también les obsequiabais con el "vinito de nueces"... Almudena, Erika y Manuel también tienen muy buenos recuerdos vuestros.

A partir de esa primera Noche Vieja, fueron muchas las personas que se iban agregando, jóvenes, mayores, lo cual nos hacía sentir orgullosos, porque gracias a vosotros hay años que nos hemos juntado más de 100 personas y eso es porque entonces no os importó venir a la plaza del pueblo aquella noche con nosotros.

Queríamos, tanto Juan como yo, daros las gracias por habernos abierto vuestra casa, donde tantos buenos ratos pasamos... Todo el pueblo os recuerda, pero nosotros tenemos motivos para recordaros, sobre todo cuando llega la Noche Vieja y vemos a los vecinos, amigos, en la Plaza Vieja tomando las uvas y escuchando las 12 campanadas.

Gracias por ser como erais y por acompañarnos esa noche.

Estéis donde estéis... María y Bernardo, GRACIAS.

31/12/2014

Marisa y Juan

Por Marisa y Juan