Un preámbulo para quienes pasean entre fósiles
Todo blesino, huesino, monevino, ha vivido siempre consciente de la presencia de fósiles marinos en las tierras de muchos de sus montes. Lo que para algunos puede ser banal, para otros jóvenes blesinos fue sana afición infanto-juvenil, a buscarlos y catalogarlos. Y para algún elegido, posiblemente, un germen de su carrera profesional. Los fósiles despiertan la curiosidad en la infancia, generan pasión y muchas preguntas. Porque da que pensar lo que creció, se diversificó y se especializó una flora y fauna alternativa que evolucionó durante 185 millones de años que duró toda la era mesozoica. Nos habla de una Tierra alternativa, que de no haber mediado cierto encuentro cósmico, de haberse evitado por poco un desastre planetario contra un meteorito enorme, quizá hubiera podido existir aún hoy en día en lugar de nosotros.
Fósil del pez Strobilodus giganteus (vista general) en el museo de Solnhofen.
Fósil del pez Strobilodus giganteus. Detalle impresionante de sus aletas. Museo Solnhofen (Alemania)
Me considero afortunado de haber sido uno de esos privilegiados que aún buscó fósiles en su entorno vital en Aragón y clasificó fósiles de pequeño; que revisaba peculiaridades, contrastándolas con las especies que figuraban en los catálogos, en mi vana esperanza de hallar una especie nueva a la que haber puesto el nombre de Blesa. Quizá por ello aprecio los buenos ejemplares de fósiles que he visto en museos de Aragón, Cataluña o Castilla-León.
En Blesa hallamos en los montes preciosos ejemplares de diferentes especies de braquiópodos; también, aunque más deteriorados, de bivalvos; los pequeños restos esqueléticos de los belemnites (extintos pero similares a calamares); fósiles de pequeños amonites; muy escasos de crinoideos... En Huesa se ven moluscos como caracolas y ostras… Y todos los que hallamos en esta franja de Moneva-Blesa-Huesa nos hablan de que éramos un fondo marino, no muy profundo, en los tiempos del jurásico inferior (del Pliensbachiense en concreto en Blesa [entre 182,7 y 190,8 millones de años]), o en Huesa de la era Cretácica. Si nos movemos hacia Ariño viajamos hacia el Cretácico inferior (al Albiense, hace entre 112,0 y 99,6 millones de años), la subcuenca de Oliete, Josa, Alcaine, Obón, los especialistas se encuentran ya fósiles marinos y terrestres, incluso dinosaurios. Eso prueba que estábamos próximos a las costas, el límite entre dos mundos biológicos; costas que fueron variando a medida que se movían los continentes de la Tierra siguiendo las corrientes que desde su manto interno gobiernan este lento fluir de la delgada corteza de la Tierra. Y con el tiempo elevaban unos territorios y hundían otros.
Desde Blesa llegamos en 66 Km hacia el sur a Galve con su museo paleontológico y su pionera colección particular de dinosaurios; fósiles modernos haylos algo más al sur, Rubielos y sus insectos conservados en ámbar, a 150 Km al sur está Libros con sus famosas ranas, por fósiles antiguos, a 80 Km al oeste está Murero con su excepcional fauna del Cámbrico… El cocodrilo de Ricla del Jurásico que podemos visitar en el Museo de la Vida en Zaragoza… la relación podría ser larga y fecunda.
He crecido en Aragón, en ese contexto de región que respira tradición paleontológica y patrimonio natural. Y a pesar de eso, el lugar que describo a continuación me ha dejado asombrado.
El museo paleontológico de Solnhofen y su excepcionalidad
En el centro de Baviera (Alemania) un valle entre Munich, Stuttgart y Nurenberg atesora unos yacimientos paleontológicos dispersos en canteras, en los cuales fosilizaron los animales marinos y terrestres con una calidad increíble. En el parque natural de Altmühltal hay yacimientos en canteras de una caliza de grano muy fino. Los montes de Blesa y Huesa de la época jurásica también son de rocas calizas, pero no se pueden comparar.
Magnífico fósil de pez similar a las manta-raya actuales
Peces minúsculos que murieron asfixiados. Museo de Solnhofen.
Aunque al lector no le suene el nombre de la localidad de Solnhofen es muy conocido porque allí se descubrió el Arqueópterix, el pequeño dinosaurio alado y emplumado que presentaba caracteres intermedios entre los dinosaurios y las aves modernas. Es un fósil icónico en la historia de la evolución de la vida.
Celacanto fósil Holophagus penicillatus (Coelacanth) 150,2 millones de años (Jurásico Superior) en el “Bürgermeister-Müller Museum” en Solnhofen, y detalle de su aleta.
El Archaeopteryx vivió en el periodo Jurásico Superior, hace unos 150 millones de años, en dicha zona del sur de Alemania, cuando el solar de lo que hoy es Europa Central era un archipiélago de islas en un mar tropical cálido poco profundo, mucho más cerca del ecuador de lo que está ahora.
Mapa de la zona de Europa en el final de la era Jurásica, con tierras emergidas que forman archipiélagos.
Y como corresponde a un archipiélago hay zonas emergidas y sumergidas, y conservaron gran cantidad de fósiles de ambos ecosistemas en su roca caliza sedimentaria, donde una “lenta sedimentación creó una piedra de gran densidad y pureza, de composición mineral 98% carbonato cálcico […] ausencia de textura, cristales de cuarzo y otras impurezas, gran finura de grano y composición calcárea”.
Estrella de mar excelentemente fosilizada en Solnhofen (Alemania)
El edificio del “Bürgermeister-Müller Museum”, con uno de las mejores colecciones paleontológicas que conozco, es modesto. Pero desde que entras comienzas a disfrutar de fósiles increíblemente detallados de plantas primitivas, numerosas especies de peces de todos los tamaños que poblaban los mares y lagunas interiores (celacantos, ictiosaurios...), crustáceos (langostas y gambas) perfectos, equinodermos (erizos que conservan hasta las espinas), estrellas de mar, tortugas… Te quedas boquiabierto al descubrir el nivel de detalle que hay plasmados en sus escamas, los huesecillos internos de las aletas, las bocas… Todo lo que ves en los vertebrados llama al asombro, porque estudiando esos ejemplares de fósiles de Solnhofen no da la impresión de que se admira paleontología, se estudia directamente anatomía.
Bebé cocodrilo de mediano tamaño, maravillosamente conservado.
Crocodilaemus robustus familia extinta hace 90 m.a.
Museo de Solnhofen (Alemania).
Detalle de las escamas y vértebras del anterior fósil.
Estas calizas no solo preservaron los esqueletos o escamas. En el caso de los Pterosaurios, los saurios alados que alcanzaron tamaños enormes, en muchos casos se han conservado partes blandas, vasos sanguíneos en alas membranosas, crestas sagitales, membranas y fibras que se hacen visibles iluminando el fósil con luz ultravioleta. Las "membranas y vainas de las garras de los pies proporcionan información crucial sobre la anatomía del pie y la locomoción cuadrúpeda de los pterosaurios en el suelo". Una sala del museo ilumina fósiles de peces con luz ultra-violeta para hacer aparecer detalles extra finos y desapercibidos con luz normal.
Y cuando llegas al final de cada sala, cuando parece que no se puede ver nada mejor conservado en piedra, ¡zas! Nueva sorpresa en la siguiente… ves insectos alados de gran tamaño finamente conservados entre los animales terrestres invertebrados, ves tiburones y mantas de esqueleto cartilaginoso...
Libélula Mesuropetala muensteri (149,7 m.a.)
La colección del museo es vasta, no le hacemos justicia en las fotos, que no suponen ni un 1% de lo que se puede admirar. La visita es obligada.
Y cuando parece que no se puede ver nada mejor conservado y con menos esqueleto duro, un nuevo choque… ¡Tienen fósiles primorosos de medusas!
Finalmente llegas a la sala donde enseñan los proto-pájaros más famosos de la paleontología, el Arqueópterix, conocido desde 1861 aproximadamente, y del que han encontrado una decena de esqueletos fosilizados en estos 160 años. Evidentemente es más difícil que se den las circunstancias para que fosilice bien un pájaro, que no un pez o un braquiópodo, que viven próximos a un lecho marino. En esa sala el Museo tiene sus dos elementos multimedia que ayudan a entender y disfrutar del aspecto que en vida debió tener este animal. Los montajes son excelentes, y uno de ellos manipulable para visualizar al Arqueópterix desde cualquier ángulo.
Y en la sala del summum, junto al Arqueópterix, había un fósil de otra época más reciente, también importante, “Ida”, un Darwinius masillae, especie de primate ya extinta, filogenéticamente ancestral que vivió hace 47 millones de años (Eoceno medio, cuando comenzaron a prosperar los mamíferos). Era pequeño, 58 cm incluyendo la cola, pero conservado en un 95%. No se halló en Solnhofen, sino en el sitio fosilífero de Messel, a unos 35 kilómetros de Fráncfort (Alemania); está temporalmente expuesto hasta noviembre de 2023.
Recorrer el museo es un no parar de asombrarse, sin igual en Aragón, aunque me pese decirlo, aunque sean diferentes épocas geológicas en muchos casos, aunque no tengan dinosaurios en Solnhofen. Baste decir que de los “100 lugares geológicos más importantes del mundo desde el punto de vista científico”, solo 19 son de paleontología y dos de ellos están en Alemania: Solnhofen por sus fósiles de hace 150 millones de años y Messel (que acabamos de mencionar), por sus excepcionales fósiles de hace unos 50 millones de años. Algunos fósiles de este último yacimiento conservan hasta el color.
Museo de Solnhofen. Dibujo de una cantera y los operarios trabajando en las láminas de caliza.
Y además, la sala del museo dedicada a la litografía
Las cualidades de las rocas de Solnhofen, que tan bien conservaron la textura de los animales y plantas, la hicieron ideal para el proceso litográfico, que “a mediados del siglo XIX era el método de impresión más novedoso. La piedra litográfica, es la matriz de estampado. Se dibuja encima, se entinta y se imprime en papel, tantas veces como se quiera. La invención de la litografía y la cromolitografía, hizo posible la gran expansión que tuvo el medio gráfico en el pasado.” “La ausencia de textura y otras impurezas es necesario para que no se formen discontinuos en el dibujo que pudieran ensuciar el dibujo. La finura de grano, permite dibujar tan perfectamente sobre la piedra, como se haría en el papel, permitiéndose sombreados y degradados tan finos que no se habían podido imprimir hasta la época. La composición tan pura de esta caliza, permite finalmente, que el proceso químico de la litografía, permita estampar imágenes tal y como se dibujaron.”
Precioso dibujo en piedra litográfica. Museo de Solnhofen.
Estampación en papel de la litografía de la imagen anterior. Museo de Solnhofen.
Como eso generó una industria tradicional para este área geográfica, una sala del museo (el piso superior) está dedicado a la litografía y al creador del método, Alois Senefelder (que era de la zona). Se pueden ver prensas, una recreación de un taller, tocar la pulida piedra donde se realizaban los dibujos con un increíble nivel de detalle (como un mapa del centro de la ciudad de Bamberg, o dibujos costumbristas)…
Mapa de Bamberg en piedra litográfica. Museo de Solnhofen.
La litografía traspasó fronteras y se usó en imprentas turolenses, gracias a lo cual pudieron ilustrarse las revistas de la época de finales del siglo XIX y comienzos del XX y se reprodujeron dibujos de Salvador Gisbert. En la sala vemos como de un mismo dibujo se podían obtener impresiones mejores y peores, debido a la desigual presión o fuerza de la misma, teniendo variaciones entre el dibujo demasiado claro y demasiado oscuro. En el museo hay muestras de ello y de la preciosa litografía en color, el no va más de la impresión durante cierta época.
Gran prensa. Museo de Solnhofen.
De hecho, cuando la litografía se convirtió en industria, la extracción de esta caliza litográfica conllevó los descubrimientos de fósiles espectaculares, como los que describo arriba y también por ello el nombre científico completo del Archaeopteryx es Archaeopteryx lithographica.
La experiencia de poder buscar fósiles en una cantera
Por último, los niños y adultos pueden completar la experiencia buscando fósiles en una cantera próxima (entra en el precio de la entrada), salvo que haga mucho calor. Si el hallazgo no es trascendente para la ciencia se puede uno llevar el recuerdo.
Cangrejo Cycleryon propinquus (149,4 millones de años),
excelentemente fosilizado en Solnhofen (Alemania)
Es por todo ello una visita súper recomendable.
Horarios de apertura:
02/abril a 31/octubre: Diariamente de 9 am - 5 pm
01/noviembre a 31/marzo: el domingo de 1 pm - 4 pm
El museo de Solnhofen tiene su cartelería en alemán e inglés y tiene audioguías.
No hay vuelos directos desde Zaragoza, pero sí a buen precio desde Barcelona a Munich o Nurenberg.
REFERENCIAS
- La litografía en Solnhofen
- El padre de la litografía
- Parque natural de Altmuhltal (Baviera) (en inglés)
- Los fósiles Parque natural de Altmuhltal (Baviera) (en inglés)
- Estupendo póster sobre la evolución de la vida en La Tierra y las edades geológicas y sus fósiles (en inglés)
- “100 lugares geológicos más importantes del mundo desde el punto de vista científico”
- Mapas La Tierra en el Jurásico Fuente: Synorogenic basins as a record of the evolution of the Cuban Orogen: implications for hidrocarbons exploration. Cruz-Orosa, Israel. (2012). 10.13140/RG.2.2.13539.14884.
Mapas de la Tierra a lo largo del Jurásico.
Deprecated: Function utf8_decode() is deprecated in /var/www/vhosts/blesa.info/httpdocs/noticias/noticias.php on line 314