na vez más los agricultores, los habitantes, los adultos y los niños de Blesa ven malograda la cosecha de cereales, creando dificultades, para vivir y comer.
Blesa
Las cosechas y las tormentas.
La de cereales no llegaba a la mitad, a pesar de la pujanza con que se presentaba a principios de invierno. La falta de agua defraudó las esperanzas que hicieron concebir a raíz de la sementera.
Así y todo los labradores estaban ya conformes con lo que tenían; y cuando estaban dispuestos para colectarlo, con los peones preparados, vinieron las tormentas de los días y 20 y sobre todo la del , que les arrasó los campos; y parte de los que había para segar tuvieron que venirse a casa desconsolados, por haber visto que en breves instantes se les llevaba la piedra lo que con tantos afanes esperaban durante todo el año.
La cosecha de azafrán se espera muy escasa a consecuencia de la gran sequía del invierno.
Mal se prepara el año próximo. Que el Señor se apiade de estos pobres labradores.
El corresponsal.

Pobres personas. Entre tormentas y riadas, sequías recientes, epidemias... Nos hablaban en este 1914 de un invierno seco (que ahora se conocen y pueden ser sequísimos) y del famoso pedrisco que perseguía a las familia hasta los mismísimos graneros, como nos contaban en "El año de las tejas".