Este año nos tocaba pasar en la ofrenda a las 19 h de la tarde. Pasó la mañana y estuvimos juntos, paseando y comiendo menú típico aragonés, cogiendo fuerzas para nuestro encuentro.
Llegó la hora de vestirnos y el sol estaba en la calle. Las flores las tenían listas para lucirlas.
¡Qué nervios y que sensación tan rara a la vez! Por primera vez mi hijo y yo vestíamos de baturros.
El día del Pilar siempre ha sido especial para mí, no soy mañica pero me siento muy de la tierra por mis raíces y todas mis vivencias. Nos tenían preparadas las mejores galas para nosotros, nuestros vecinos/familia de Blesa: Pili, Sebastián y Ana. ¡Qué orgullosos estaban y estábamos! Agradecimientos para ellos.
Todos preparados y majísimos, nos dirigimos a la plaza Santa Engracia donde habíamos quedado con los del pueblo. Allí lucía nuestro estandarte de la Asociación Cultural del Hocino y poco a poco iban llegando todos. Aunque este año nos ha tocado por la tarde el grupo era numeroso, con mucha juventud. Se fue a buscar el centro de flores del grupo El Hocino de Blesa, que presidía el grupo con todos los zagales, incluido Iker, que iba ilusionado de ir con sus amigos: Iker, Candela, Jimena, Vera y Erika.
Salimos del paseo Independencia, todos contentos con una temperatura buenísima. En la Plaza de España nos hicieron la foto de grupo que al día siguiente salió en el Heraldo de Aragón. Bajamos por la calle de don Jaime hasta plaza de la Seo. Me sentía tan especial, pasear por mi ciudad favorita y a punto de cumplir uno de mis sueños. Había mucha gente mirando, pasamos por la puerta de la Lonja y del Ayuntamiento.
Ya se veía de lejos la Virgen junto a su manto de flores; poco a poco nos acercamos y entregamos las flores pidiendo salud para todos y que otro año podamos volver. Gracias Pilarica y un beso al cielo Belén, ¡qué ilusión me hubiese hecho compartirlo contigo!
Elena Aznar